«Es duro verse fuera de algo por lo que luché tanto tiempo»

MÓNICA PURAS (SPC)
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Ana Delia Díez Miguel conoce el fútbol desde todas sus perspectivas: jugadora, entrenadora, árbitra, presidenta, seleccionadora, delegada de equipo...

Ana Delia Díez Miguel conoce el fútbol desde todas sus perspectivas: jugadora, entrenadora, árbitra, presidenta, seleccionadora, delegada de equipo... - Foto: Patricia

Su carrera deportiva comenzó casi al revés de como empieza la mayoría después de interesarse por el fútbol femenino toda su vida. Ana Delia Díez Miguel ha sido delegada de equipo y de campo, presidenta, futbolista, entrenadora, árbitro colaboradora, seleccionadora provincial femenina sub'12 y voluntaria de la Cruz Roja desde 1982 haciendo servicios preventivos en Pallafría, El Plantío, José Manuel Sedano y dando cobertura hasta la selección española. Sus primeros 'pinitos' datan desde bien pequeña cuando con su madre iba a buscar a su padre al estadio burgalés, ya que ejercía como portero en las puertas de acceso a El Plantío. En el núcleo familiar siempre se veía jugando con su hermano al balón y en el barrio, mientras que sus otras dos hermanas eran más de divertirse con muñecas. Su aperitivo antes de entrar de lleno en el césped fue como jugadora de fútbol sala. 

Su vinculación exacta con el balompié femenino fue gracias a Toñi Mayordomo, delegada de equipo del Rayo Burgalés. «Hacía falta y ahí estuve, aunque a mí lo que me gustaba era jugar». Ordenada, organizada, perfeccionista, algo mandona y meticulosa, además de un don de gentes, le llevaron a actuar de enlace entre la directiva, presidida por Adolfo Cires, y el técnico, Amós Martín. «Una bonita experiencia, aunque me tocó asumir muchas cosas de comunicación, sanitarias y a nivel vestuario. El grupo humano estaba ya hecho». 

Al año siguiente, el Nuestra Señora de Belén asume al conjunto femenino, merced a gente como Nacho Bárcena, Jesús Pardo y Domingo Núñez, que «creían en las personas y en el deporte y ahí es donde se pelea para que la niña pueda desarrollar el deporte que quiera, en concreto, el fútbol», constata.

En 2001, el presidente del club, Jesús Pardo, presenta su dimisión y, de nuevo, ahí está Ana Delia. «Nadie quería coger el testigo y me tocó a mí. Las cuatro personas que tirábamos del carro y que creíamos en el proyecto presentamos el aval Carol Goicoechea (actual presidenta del Nuestra Señora de Belén), Pilar Figal, Susana Carpintero y una servidora. Con nuestro patrimonio, porque la Federación Española nos exigía un aval serio y un compromiso de dos años», señala. 

Al club Nuestra Señora de Belén le invitan a participar en un torneo de CDI La Amistad de Palencia. Juanjo Ronda, técnico del primer equipo, lleva a las mayores, y es cuando hacen una captación de jugadoras y se presentan más de 100. 

Díez, sin conocer al grupo tras dos entrenamientos, lleva a un equipo. «Nos robaron tres balones y una de mis jugadoras se desmayó porque no había desayunado», recuerda con una sonrisa nerviosa. De ahí nace el filial del Nuestra Señora de Belén de Regional y un alevín.  

Todo para todas. La filosofía como presidenta del Club Nuestra Señora de Belén no dista mucho de su personalidad, lo tenía muy claro, «nadie iba a vivir del fútbol, pero queríamos apostar porque las niñas hicieran el deporte que quisieran, en este caso, fútbol. Con los mismos medios el equipo benjamín que el de Superliga. Si había un bocadillo, un zumo o un transporte lo había para todas. La única diferencia era que el primer equipo, debido a los largos desplazamientos, tenían que pernoctar. A mí me han exigido como presidenta que el equipo filial de Regional tuvieran una segunda equipación por si se mojaban o tal y yo enseguida dije. Ellas lo tendrán cuando el resto también lo tenga, pero yo prefería invertir en la formación de entrenadores», subraya.

Sus mejores satisfacciones fueron «ser jugadora e inscribir a un equipo benjamín en el club, del que más tarde me haría cargo, y pasear el nombre de Burgos por toda la geografía española.  Además de contar con patrocinadores como Juan Campo, Multiópticas, siempre pendiente de nosotras. BigMat Fontecha, que tomó el relevo, esa pareja de hermanos, Santos y Consuelo, que nos apoyaron incondicionalmente. Y Paco González firme defensor del fútbol femenino local y nacional», agradece. 

La dimisión como presidenta llega tras desavenencias con las jugadoras, la junta directiva y el técnico del Regional que no merecen su confianza. «Fue duro verse fuera de algo por lo que había peleado tanto y había mimado tanto», lamenta.

Su siguiente paso será como jugadora, algo que se había convertido casi en obsesión. Y militará dos años en el San Cristóbal y otros dos con el Gamonal, «me lo pasé fenomenal en el equipo de las cuatro 'Veros'. Jugué en todos los puestos habidos y por haber y de portera me llegaron a meter hasta nueve goles», se ríe. En 2005 se saca el carné de entrenadora, anteriormente necesitaban árbitros y aparece la figura de árbitro colaborador, en la que ahí estuvo también. «Hubo gente que pretendía meterse conmigo y otra cosa no sé, pero reglamento había demostrado que lo sabía», añade.

Seleccionadora provincial burgalesa sub'12, equipo con el que se colgó la plata de Castilla y León. Como entrenadora ha dirigido al Vadillos, Burgos CF infantil como ayudante,  Burgos UD prebenjamín y escuela, y Gamonal, «un trabajo ingrato cuando no te pagan ni los desplazamientos o no tienes unos criterios unificados con quien manda», apunta.
Siempre 'disfrutona'. A su ingente historial hay que añadir la organización de dos campus de fútbol femenino en Saldaña y Belorado en 2008 y 2009 con Juanjo Ronda y Silvia Sedano, exjugadora del Nuestra Señora de Belén. Aún le queda mucho por rematar.