El frío de la calle en el corazón de la Catedral

ANGÉLICA GONZÁLEZ
-

La sala Valentín Palencia acoge desde este martes la exposición 'Museo sin Hogar. Esperanza sin cobertura', con la que Cáritas muestra el relato de vivir a la intemperie contado por quienes lo sufren

Proceso de montaje de la exposición en la sala Valentín Palencia de la Catedral. - Foto: Luis López Araico

A las 11 horas de este martes se inaugura una exposición en la Catedral muy diferente a las que hasta ahora ha albergado. Museo sin Hogar. Esperanza sin cobertura es el título de la muestra que a lo largo de más de un mes va a introducir el frío de la calle en el corazón del primer templo de la provincia de la mano de Cáritas de Burgos, Valladolid y Salamanca, la Fundación Lesmes y la Casa de Acogida San Vicente de Paúl. Así, la sala Valentín Palencia será el escenario de un recorrido que va a explicar las causas por las que una persona se queda sin hogar y las consecuencias de vivir de esa manera y que va a pedir una reflexión a la sociedad en su conjunto sobre qué está ocurriendo para que este fenómeno se mantenga en el tiempo y para que se pregunte por qué personas cada vez más jóvenes no tienen un lugar propio en el que refugiarse.

Es el caso de Álvaro Bolado, que solo tiene 25 años y que se encuentra en la calle por razones que solo le cuenta a la gente en que confía. Este chaval llegó a Burgos la semana pasada junto con Alberto Diez, educador social del Programa de Personas sin Hogar de Cáritas Valladolid, para ayudar a colocar cada elemento de la exposición en su sitio, un trabajo en el que han colaborado todos los 'participantes', que es el nombre con el que la entidad llama a sus usuarios, que son quienes están en el corazón del proyecto. A través de asambleas ellos (la mayoría son hombres) han decidido, ayudados por el voluntariado y los técnicos, qué se iba a contar y cómo se iba a hacerlo. La exposición es suya hasta el punto de que serán quienes dirijan las visitas guiadas.

«Un día nos dimos cuenta de que en los museos se guardan las cosas bellas y valiosas y en Cáritas consideramos que quienes acuden al programa sinhogar son gente bella y gente valiosa, que sus historias tienen mucha belleza y mucho valor y a partir de ahí surge la idea de hacer un museo que, además, nos va a servir como espacio de sensibilización», explica Diez, quien pone en valor el trabajo que se ha hecho desde los grupos de participación «en los que participantes, técnicos y voluntariado estamos al mismo nivel desde el principio».

David Alonso, educador, y Víctor Rollón, ‘participante’, que es el nombre que Cáritas da a sus usuarios, colocando una de las figuras que forman parte de la exposición. David Alonso, educador, y Víctor Rollón, ‘participante’, que es el nombre que Cáritas da a sus usuarios, colocando una de las figuras que forman parte de la exposición. - Foto: Luis López Araico

La exposición la conforman seis espacios diferentes, a los que llaman 'salas', cada una de las cuales lleva un nombre. La primera es una pregunta ¿Por qué? y ahonda en las causas que llevan a la gente a la calle. Incluye una pieza de cómic hecho con arcilla en la que cada viñeta representa esas causas: drogas, juego, cárcel, problemas familias... «Cada persona tiene una historia», se insiste desde Cáritas. 

Fuera de cobertura es la segunda y está llena de móviles anticuados y rotos. Es un símbolo de la desprotección a la que se ven abocados quienes están en la calle: «Cada vez hay más personas sin cobertura sanitaria, social o legal, desprotegidas, sin recursos ni oportunidades, personas que necesitan una red de apoyo y una protección social plena e inclusiva». Camino de sueños está compuesta por camas, desde la que se improvisa con cartones de vino hasta la que está primorosamente hecha con sábanas, mantas y cojines. Las tres salas restantes son Resistiré, Cómo me ven (que está llena de espejos y que habla sobre qué mirada tiene sobre ellos la sociedad) y la última, ¿Y ahora qué?, que tiene el aspecto del salón de una casa donde se invita al visitantes a sentarse y escuchar mensajes de ánimo, apoyo y denuncia. 

La exposición comienza y termina con vídeos. El de arranque es un documental que narra desde la ficción el día a día de una persona sin hogar y el último recoge testimonios y mensajes de ánimo de 50 personas (entre 'participantes' y profesionales de todos los ámbitos de Burgos). También se van a exponer fotografías, «todas relativas a lo que significa estar fuera de cobertura, haciendo mucho hincapié en la sanidad y en cuestiones que quizás nadie se plantea como de qué manera puede pedir cita con el médico una persona que vive en la calle», afirma Cáritas. Por último, habrá un  «muro de la esperanza» para que los visitantes puedan escribir sus mensajes de apoyo.

Estereotipos. Uno de los objetivos es poder horadar los estereotipos que rodean a este colectivo. «Son ellos mismos los que nos han contado cuáles creen que son  y son muy duros: que dan asco y miedo a los demás, que la gente piensa de ellos que están en esa situación porque quieren y que los que más se esfuerzan lo hacen para encontrar una ayuda pero que realmente están muy cómodos con la situación. Y esto, cuando les miran, que no suele ser lo habitual porque se sienten bastante invisibles», relata Alberto Diez. Le escuchan y asienten Álvaro Bolado y Víctor Rollón, un zamorano que también tiene mucha historia detrás, que se muestran completamente de acuerdo: «La gente nos ve como desechos humanos. Ojalá fueran conscientes de que somos personas y que también tenemos sentimientos y sueños. Mirándonos mal y hablándonos con desprecio no nos ayudan, tienen que concienciarse de que la vida en la calle no es solo por las drogas, que es lo que siempre se creen, sino por muchos problemas diferentes».

Son conscientes desde Cáritas de que quizás el lugar elegido para mostrar esta realidad, la Catedral, pueda suscitar alguna controversia. «Tenemos la suerte de que el papa Francisco está transmitiendo un discurso en el que la Iglesia se coloca cerca de las realidades más duras de la sociedad, pero todavía quedan los actos y el de esta exposición es un acto, más allá de cualquier discurso y que implica un compromiso. Estamos seguros de que si conociera nuestra muestra estaría orgullosísimo porque el colectivo sin hogar es importante para él y le ha dado mucha visibilidad», comentan tanto Alberto Diez como David Alonso, educador del Programa de Personas sin Hogar de Cáritas Burgos, que recuerdan que han sido los propios 'participantes' los que eligieron el lugar en asamblea. 

En cifras. Entre enero y septiembre, el Programa de Atención a Personas en Situación de Sin Hogar y Acceso a la Vivienda de Cáritas ha atendido a 1.052 personas con las que realizó 7.l974 intervenciones. De ellas, 101 fueron mujeres (9,60%). Por su parte, el Centro de Integración Social (CEIS) que gestiona la Fundación Lesmes se ha ocupado de 58 personas (13 mujeres), de las de las cuales 21 fueron casos nuevos. La media de edad es de 47.66 años, 4 de los casos tienen menos de 35 años, 41 entre 35 y 55 años y 13 tienen más de 55 años.