El UBU San Pablo está firmando un inicio de campaña notable en la División de Honor. Cuatro victorias y solo una derrota, sufrida en casa del líder invicto, han permitido al equipo burgalés situarse desde el principio en los puestos de privilegio. Unos resultados derivados de un gran trabajo colectivo que comienza desde la portería, donde Ibrahim Moral se ha convertido en un muro para los rivales. El portero valenciano se siente «bastante arropado y cómodo por la defensa» de la actual plantilla, que se ha convertido en «un grupo muy compacto» que «ha dado un paso adelante al no ser tan dependiente del contragolpe, aunque siga siendo nuestra arma principal».
Más de 15 paradas promedia en las cinco primeras citas de la temporada. Ningún otro guardameta de la categoría está teniendo ese impacto en su equipo, lo que está relegando a su compañero de posición, el chileno Felipe García, al banquillo. «Me siento muy bien. También fruto del trabajo defensivo de los pivotes, Lucas Araxá y de Andrés Alonso. La portería es una cosa de la defensa también y cuanto mejor estén ellos mejor estoy yo. Esperemos que no sea este mi mejor momento y que esté todavía por venir», desea Ibrahim Moral, que está salvando uno de cada tres lanzamientos que recibe.
Y no solo está limitando su función en ese costado, pues el modelo de juego que implementa Nacho González obliga a aprovechar jugadas rápidas, de apenas unos segundos de duración y que tengan al portero como asistente y a los extremos como finalizadores. Acumula cuatro asistencias a pesar de que el equipo está encontrando múltiples vías para anotar. «El año pasado el ataque posicional nos costaba, nos atascábamos. Solo podíamos correr y en el momento en que lo dejábamos de hacer sufríamos. Este año sabemos y podemos contemporizar. Es bueno porque si un día nos falla el contragolpe tenemos otro tipo de recursos», remarca el exjugador del Fertiberia Puerto Sagunto, que llegó a Burgos 2017 en busca de minutos y regularidad.
Ascenso. Es consciente de que tan solo han pasado seis jornadas de las 28 que conforman la temporada, pero tiene claro que «Burgos, pronto o tarde, va a jugar en Asobal» y espera que sea con él en la portería. «Es complicado porque todo está muy igualado. Creo que puede ir bien, dependerá mucho de la primera vuelta y de los puntos que arrastremos. Estaremos peleando hasta el final por ascenso» asegura.
Ante ese reto, siente que el equipo es más maduro y más experimentado y confiesa que «el ascenso sería el summum» después de seis años en Burgos. «He tenido ofertas, algunas de Asobal y muchas de Plata, pero jugar en Burgos es un privilegio. Las condiciones profesionales no las encuentras en otros clubes y, a nivel deportivo, puedo mejorar», concluye Ibrahim Moral, convertido en un veterano en el vestuario y en un muro en la portería.