Verano difícil en el HUBU por la falta de enfermeras

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Se han hecho 14 contratos a técnicas de cuidados auxiliares de Enfermería para las consultas externas. Solo 18 de las 58 egresadas en la UBU se han quedado a trabajar allí este verano

El HUBU va a reflexionar sobre las funciones y competencias de las enfermeras en las diferentes unidades. - Foto: Valdivielso

El problema de falta de profesionales de Enfermería al que se enfrenta desde hace años la Consejería de Sanidad de la Junta se hace más flagrante en el periodo estival. Después de dos años con la bolsa de trabajo vacía, el Hospital Universitario de Burgos está viviendo uno de sus peores veranos por la difícil cobertura de las vacaciones de las trabajadoras de esta categoría, hasta el punto de que cuenta con 30 enfermeras menos de las que necesita, según confirma a este periódico el director de Enfermería del centro sanitario, Carmelo Villafranca, quien precisó que se trata de un número que fluctúa porque puede haber personas que terminen un contrato de sustitución en estas semanas y se puedan incorporar al hospital. También explica que se han hecho 14 contratos a técnicas de cuidados auxiliares de Enfermería (TCAE) para que estén presentes en las consultas externas: «Creo que es importante conocer el contexto para entender por qué en la gestión se toman determinadas decisiones. Llevamos dos años con las bolsas de contratación de enfermeras vacías, una realidad que hace muy difícil la gestión del día a día de una organización que tiene más de 900 enfermeras trabajando y con un índice de incapacidades laborales transitorias muy alto en  todo este tiempo motivadas por la pandemia».

Villafranca asegura que la situación «no tiene nada que ver con recortes porque estaríamos encantados de contratar a más enfermeras pero lo cierto es que no hay». Frente a esto, añade, el HUBU ha intentado dar continuidad a los contratos covid que se hicieron en 2020 «cuando en otras comunidades no se renovaban» e incluso se han hecho contrataciones por otros conceptos como la cobertura de las vacaciones o reducciones de jornada: «Hemos mantenido una estabilidad en las contrataciones en todo este tiempo y, de hecho, cada poco tiempo nos recuerdan desde la Dirección de Gestión que vamos pasados en sustituciones y personal fuera de plantilla, pero nosotros veíamos que este verano iba a ser especialmente difícil».

Lo que ha ocurrido -siempre según su relato- es que estas contrataciones que se vienen haciendo no han sido suficientes para dar cobertura a todos los periodos vacaciones que deben disfrutar las enfermeras de la plantilla estructural, lo que es una prioridad para el equipo directivo «junto con dar la  mejor atención a los pacientes». A esto se le ha sumado la presión asistencial vinculada a la octava ola pandémica que ha hecho que se haya abierto una planta covid más (en total hay tres) a pesar de que antes del verano se decidió que los pacientes con PCR positiva pero sin patología respiratoria fueran atendidos en las unidades propias de su patología, por ejemplo, si alguien necesita una cirugía de mano y da positivo va a ser ingresado en Cirugía Plástica.  

Un factor más se ha sumado y es que el plan estival de cierre de camas no se ha podido cumplir, por lo que a estas alturas de julio hay más habilitadas de las que estaban previstas «y en ausencia de contrataciones nos tenemos que reinventar». Con este panorama, ha habido que tomar decisiones «difíciles», insiste Villafranca: «A nosotros, como dirección responsable de los cuidados, nos corresponder ver dónde es más necesaria la presencia de una enfermera en este contexto. Estamos haciendo lo que podemos con lo que tenemos».

MARCO TEÓRICO. El director de Enfermería recuerda que cuando su equipo comenzó el periplo en la gestión ya se planteó estudiar «a fondo» las funciones y competencias de las enfermeras en las consultas externas del hospital. Para dar ese servicio de 8 a 15 horas hay casi 90 profesionales, lo que hace que sea el segundo área con mayor dotación de enfermeras en todo el centro sanitario por detrás del bloque quirúrgico y por delante del servicio de Urgencias o de la Unidad de Cuidados Intensivos y teniendo en cuenta que una unidad de hospitalización se cubre con 16 o 17 profesionales. «Una de las cuestiones que nos planteamos, en un ejercicio de responsabilidad, era analizar muy bien el modelo, y así como en Atención Primaria hace años que la Enfermería dio un paso al frente y su prestación a la población está claramente diferenciada de la del médico, una de las líneas de trabajo que está sobre la mesa es la de establecer esas consultas propias también en las diferentes especialidades del hospital».

Por todo esto -ausencia de profesionales, incremento de la presión asistencial y un marco teórico de reflexión sobre las funciones de las enfermeras en las consultas externas- en las áreas en las que se ha entendido que no es necesaria la presencia de una enfermera para facilitar determinadas exploraciones médicas, va a estar una TCAE aunque, en sus palabras, «no harán pruebas diagnósticas ni administrarán tratamientos que no les corresponden sino que estarán de apoyo al personal médico para hacer determinadas exploraciones o para facilitar el trabajo administrativo de las consultas, en ningún caso harán labores que no les corresponden». La supervisión de Enfermería, además, va a  coordinar que haya enfermeras de referencia para cuando surja una necesidad de cuidados.

Por otro lado, de las alrededor de 58 egresadas en el grado de Enfermería de la Universidad de Burgos, solo 18 se han quedado en el HUBU ya que, afirma Villafranca, una parte ha decidido preparar el EIR (examen para especializarse) y otro buen porcentaje eran oriundas del País Vasco y han decidido volver a casa para trabajar.