«Me dejó en la calle sin nada y me fui a una casa de acogida»

I.M.L.
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«Nunca piensas que te puede pasar a ti». Así de sincera habla A.N.K., una vecina ribereña que lleva diez años sufriendo violencia física y malos tratos psicológicos por parte de su exmarido, del que se divorció en 2019

El último episodio violento lo sufrió esta mujer en un campo de fútbol, rodeada de asistentes a un partido. - Foto: DB

«Nunca piensas que te puede pasar a ti». Así de sincera habla A.N.K., una vecina ribereña que lleva diez años sufriendo violencia física y malos tratos psicológicos por parte de su exmarido, del que se divorció en 2019. No con eso logró cortar con esa situación de miedo que le produce la sola mención de su nombre. Entre lágrimas relata cómo sigue recibiendo correos electrónicos llenos de insultos. 

El hecho de tener un hijo en común con su agresor no facilita evitar cualquier contacto. «Cuando viene a por él se acerca a casa, se queda enfrente, y grita; pero me dicen que eso no es delito porque está en la calle, no dentro de casa», explica esta mujer, ingeniera informática, que busca rehacer su vida en la comarca ribereña. «Lo único que quiero es que mi hijo sea feliz, que tenga una vida normal como todos los niños, porque me pregunta si su padre está enfadado con él, y yo le tengo que decir que no, que sólo está enfadado conmigo», explica sin consuelo.

A pesar de residir en distintas localidades y de estar divorciados, los episodios de agresiones verbales e, incluso físicas, no han cesado. El año pasado fueron ocho las denuncias que ella interpuso por hechos de este cariz. El último episodio tuvo lugar durante la celebración de un partido de fútbol en el que participaba su hijo. «Era su primer partido y, aunque le tocaba al padre, le hacía ilusión que fuese a verle porque jugaba aquí», explica ella, por lo que se acercó al campo, asegurándose de ponerse lo más lejos posible de su exmarido. «Cuando me vio, se recorrió toda la distancia y vino corriendo hacia mí; me gritaba todo el rato, me llamó zorra, puta y me decía que le había arruinado la vida, que me iba a matar», relata esta mujer una agresión que, según denunció ante la Guardia Civil, acabó con un intento de tirarla al suelo «me agarró por los brazos para derribarme, había un hombre que es guardia civil pero no estaba de servicio que lo evitó», acaba su relato. Además, ella explica que su agresor también utiliza a su actual pareja para hacerle daño. «Le dice que estoy con él por dinero y que cuando le saque todo le voy a dejar, como hice con él, pero yo sólo quiero vivir tranquila con mi hijo», repite sin parar de llorar. A raíz de este episodio, su nivel de protección como víctima de malos tratos en el sistema VioGén se ha aumentado.

Durante todos los años que tuvo que soportar a su maltratador, ella tuvo que viajar por muchos países, hasta que llegaron a España. «Sólo estuvo un día normal, al siguiente ya empezó otra vez a insultarme, se enfadaba por todo y se ponía violento», explica A.N.K., llegando a límites insospechados. «Me echó de casa, me dejó en la calle sin nada y, después de acudir a la Guardia Civil, pasé por dos casas de acogida», relata, antes de venirse a vivir a la comarca ribereña. «Yo no he hecho nada, no quiero que la gente me mire mal, que no crean lo que él dice de mí», suplica entre sollozos.