La recaudación de la Lotería, objetivo de los robos en bares

F.L.D.
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Los cacos, que vigilan a los negocios, saben que el dinero se guarda en sobres y que se deja en el local

Luna de un negocio reventada con una alcantarilla para acceder al interior y robar. - Foto: Jesús J. Matías

Cuando asaltan un establecimiento, los ladrones tienen muy claro que el objetivo es llevarse todo el dinero y enseres de valor que puedan en el menor tiempo posible. Previamente estudian a sus víctimas para saber puntos débiles que hagan que el 'palo' sea mucho más fácil. En esta época del año, el dinero de la lotería tiende a ser un botín atractivo. Son cantidades relativamente altas en efectivo y, sobre todo, no se suelen guardar en cajas registradoras. De ahí que varios de los últimos robos conocidos tuvieran modus operandi similares. 

Los hurtos y robos con fuerza son los principales delitos que se denuncian en la provincia. Desde los Juzgados confirman que en los meses previos de Navidad, muchos de los casos que llegan coinciden en que la recaudación de la lotería que se vende en bares y comercios es el objetivo de los cacos. No obstante, desde Comisaría aclaran que esto no significa que en esta época se incrementen los asaltos a establecimientos. 

Varias razones explican esta circunstancia. Por un lado, se trata de un servicio que prestan los bares pero que no les supone un beneficio directo. Obtienen los décimos previo pago o, como mucho, los reciben por adelantado de los loteros para después abonarles el dinero recaudado. Cantidades que, obviamente, no pueden cobrar con tarjeta y que se ven obligados a hacerlo en efectivo. 

Habitualmente, el dinero lo guardan en sobres o en cajas no muy difíciles de forzar, en ocasiones a la vista de los clientes, y que suponen un reclamo para los delincuentes. Fuentes judiciales explican que los robos que llegan a los tribunales son prácticamente idénticos. Los ladrones vigilan previamente a las víctimas, observan dónde y cómo guardan ese dinero. Por último, se aseguran de que permanece en el local una vez sus dueños bajan la persiana. 

Cuando lo confirman, acuden de madrugada, fuerzan la entrada y van directamente a por los sobres para perder el menor tiempo posible. De esta manera, se 'olvidan' de la caja registradora o las máquinas tragaperras, ya que para adueñarse de la recaudación necesitan reventarlas. Pero es que, además, en ocasiones el botín ha superado los 1.000 euros, cantidades superiores con mucho menos esfuerzo.  

El ladrón de la alcantarilla, I.E.B. de 34 años, ha protagonizado numerosos asaltos de este tipo. Hace poco, la Policía Local le sorprendió en Gamonal tras reventar con una arqueta la cristalera de un establecimiento hostelero. Su particular modus operandi le sirvió hace un par de años para llevarse de un local de Comuneros varios décimos, el dinero recaudado y también varias entradas de un concierto. Ese mismo mes entró en otros dos bares en busca del mismo objetivo. 

Hace unas semanas también detuvieron a una pareja de cacos que llevaron a cabo un robo idéntico en El Crucero. Accedieron reventando el cristal y se llevaron varios décimos de lotería y recaudación. Al volver al lugar del delito, la Policía logró detenerles. 

Fuentes de los Juzgados apuntan que estos robos suponen un doble perjuicio para los bares. Y es que los seguros no cubren estas pérdidas al considerarse al margen de la actividad, lo que implica que el propio empresario se tiene que hacer cargo de reponer el dinero. 

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