Tras la accidentada jornada de ayer, hoy llega el primer gran contacto con la montaña en esta Vuelta a Burgos, llega el temido Picón Blanco, la primera cita para los candidatos a ganar la carrera. No decidirá la prueba pero sí hará una criba definitiva que se acabará jugando el triunfo en Neila.

El modelo de recorrido de la etapa es similar al del año pasado, aunque con algunos matices importantes. Como entonces, no acaba en la cima. En 2021 llegaba a Espinosa después de un descenso de 17 kilómetros y en esta ocasión el descenso será hasta Villarcayo, con una distancia de 36,4 kilómetros y un puerto de tercera, Bocos, en el trayecto.

Lo más probables es que si alguno de los favoritos corona con más de 30-40 segundos pueda llegar a meta, como pasó el año pasado con Roman Bardet. En este sentido tendrá mucha importancia si los líderes llegan a la cima con algún compañero que lo pueda acompañar en la baja y en eso es clave la fortaleza de las formaciones que han venido a Burgos. Bahrein, Ineos, Bora y Astana parecen por encima del resto y todos ellos cuentan con varias opciones para la victoria.

El primero tiene al líder y a un compañero de la calidad de Gino Müder, además de un Mikel Landa que podría echar una mano. Por su parte, Bora cuenta con Jai Hindley, Buchman y Kelderman. El tercero en discordia es  Ineos, con Tao Geoghegan, Pavel Sivakov y Carlos Rodríguez. Y Astana tiene a un Nibali muy activo y la baza de Muiguel Ángel López, que ya ha ganado en esta cima.

Picón Blanco cuenta con la suficiente dureza para dejar fuera a varios de los candidatos. 

Son ocho kilómetros de rampas durísimas, que empiezan ya por encima del diez por ciento y alcanzan en varios el 17%, sobre todo en el tramo final, una zona descarnada y que se hace interminable para los ciclistas.