La ofrenda floral más deseada

I.P.
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La ofrenda floral volvió a los pies de la Catedral con 300 burgaleses como testigos y el desfile ante la patrona de medio centenar de peñas, grupos de danzas y casas re. Un rosetón de flores ha adornado los pies de la Catedral por su VIII Centenario

La ofrenda floral más deseada - Foto: Christian Castrillo

Es uno de los actos más emotivos de las fiestas mayores de la ciudad y hoy, la ofrenda floral a Santa Maria la Mayor lo ha sido más que nunca. La patrona ha salido a la calle para recibir el cariño de los burgaleses, para dejarse agasajar y vestir con ese manto de esperanza, más pequeño que en otras ocasiones pero más sentido tras un año muy duro para todos y después de que el pasado año, el acto institucional se limitara al interior de la Catedral. Margaritas blancas y gerberas amarillas fueron los colores para resaltar la alegría y esperanza que los burgaleses han compartido con la patrona. 

     Unas 300 peresonas, según fijó el protocolo, han sido las quese han acercado hasta la Plaza del Rey San Fernando, que también han podido admirar una de las novedades de la ofrenda de este año, el gran rosetón floral a los pies de la Catedral, que reproduce el situado encima de la puerta del Sarmental, una obra realizada hacia 1230 por maestros venidos de Francia formados en el nuevo lenguaje gótico, para integrarse así en el plan artístico de la Catedral burgalesa. Ha sido confeccionada con claveles, hortensias y  boganvillas, desde las 4 de la noche hasta las 9 de la mañana por miembros de la Asociación Cultural de Alfrombristas de Ponteareas, en un homenaje a la conmemoración del VIII Centenario de la Seo  burgalesa y con motivo del Año Jacobea. 

Galicia y Burgos también han sido, pues,  protagonistas con esa iniciativa en la ofrenda floral, donde tampoco faltó la comitiva fallera valenciana que ya es habitual que acompañe a los burgalases durante los festejos de San Pedro.

La ofrenda floral más deseadaLa ofrenda floral más deseada - Foto: Christian CastrilloLa ofrenda floral se ha desarrollado con el  mismo guión que en ocasiones anteriores, pero más reducida en cumplimiento de los protocolos por la pandemia. Así, los primeros en llegar a la plaza del Rey San Fernando han sido los Gigantillos y a continuación desfilaron ante Santa María la Mayor las peñas que conforman la Federación de Peñas, unas 28, seguidas de  las asociaciones de la Hermandad, una decena de entidades y centros regionales, y finalmente, once grupos pertenecientes al Comité de Folclore y otras agrupaciones de la ciudad. En esta ocasión se ha limitado su presencia a 6 personas por cadas entidad, que fueron entregando sus ramos de flores, mientras amenizaban el acto la Eschola Cantorum y la agrupación Musicae, que ofrecieron diversas piezas, comenzando con el 'Ruega por nosotros' y siguiendo con las Cantigas de Alfonso X el Sabio y piezas de Antonio José para terminar, como es tradicional con la Salve Marinera.

Los últimos en hacer la ofrenda fueron las reinas de las fiestas, las elegidas en 2019, Alicia Santamártia, la mayor, y Elena González, la infantil, y el alcalde en nombre de toda la ciudad.

El acto no se ha sustraido a la crisis de la covid. De hecho, estuvo muy presente y no solo en las palabras de las reinas de las fiestas. El baile de la jota burgalesa sirvió de homanaje a las Fuerzas de Seguridad del Estado, a Protección Civil y a los sanitarios por el trabajo que han desarrollado a lo largo del último año y medio, dedicando sus esfuerzos y sacrificio a todos los ciudadanos.

Dos sanitarios,  Esther Zarzosa y Luis Casaval se lanzaron al ‘ruedo’ y han bailado la popular jota con los Gigantillos en representación de todos los colectivos esenciales en esta crisis sanitaria.

El Himno a Burgos puso fin a la ofrenda, más que nunca, símbolo de esperanza.