Un alumno de Jaca, a juicio por la muerte del oficial Yarto

I.E.
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El Tribunal Militar Tercero acuerda su procesamiento, que ha sido recurrido. De su arma partió el disparo "accidental" que mató al oficial burgalés en 2018

El militar fallecido Fernando Yarto. - Foto: Valdivielso

Todo indicaba que el procedimiento judicial abierto sobre la muerte del comandante burgalés Fernando Yarto en la Escuela de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca iba a terminar con el archivo de la causa, al tratarse indiciariamente de "un accidente", tal como estableció el Ministerio de Defensa tras lo ocurrido. Sin embargo, el Juzgado Togado 32 de Zaragoza ha ordenado el procesamiento del alumno de cuya arma partió el disparó que acabó con la vida del militar de 48 años. El auto de apertura de juicio está recurrido ante el Tribunal Militar Territorial Tercero, el de Barcelona.

De la instrucción del caso se desprende, efectivamente, que se trató de un hecho fortuito y accidental, pero el juicio habrá de determinar si el procesado incurrió en algún tipo de imprudencia o negligencia. Hay que recordar que el suceso ocurrió sobre las 7.30 del martes 9 de octubre de 2018 en el campo de tiro Las Batiellas, zona de entrenamiento situada a 4 kilómetros de Jaca, durante un ejercicio táctico con fuego real en el que se utilizaban siluetas humanas, en ocasiones dentro de los edificios. A esa hora todavía había poca luz. Supervisaba un ejercicio programado, afirmó la oficina de prensa del Ejército de Tierra, "cuando un disparo fortuito le alcanzó en la zona inguinal". El tiro le entró por detrás, por un glúteo, y fue a parar a la zona inguinal, causando daños en las arterias femoral e ilíaca. A pesar de ser estabilizado en el Hospital de Jaca y traslado a la UCI del de Huesca, no pudo superar las graves lesiones y falleció.

El burgalés Fernando Yarto Nebreda se había jugado la vida en las cumbres más elevadas y mortíferas del planeta. Poco antes de su fallecimiento sufrió un grave accidente en Pirineos que lo mantuvo durante meses lejos del alpinismo y de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca, de la que era jefe y profesor.

Era mucho más que un militar. Era un escalador de primera, que había coronado varios los ochomiles del planeta, enfrentándose a avalanchas, temperaturas gélidas  y al continuo peligro de congelación.

Vecino de la calle Madrid cursó todos sus estudios, hasta COU, en los Maristas, en el Colegio Liceo Castilla. En 1991 ingresó en la Academia Militar de Zaragoza, de donde salió en 1996 con el empleo de teniente, y pasó por todos los destinos de las unidades de montaña. 

Estaba en posesión de diversas condecoraciones y felicitaciones personales y era calificado por los miembros de la Escuela como "un magnífico compañero, gran deportista y reputado montañero", según el Ministerio de Defensa.