La pírrica oferta deportiva en Miranda espanta a los usuarios

ARSENIO BESGA
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El Ayuntamiento solo imparte yoga, mientras que en sitios como Haro, Lantarón o Rivabellosa superan las diez disciplinas. «Aquí no se promueve el ocio saludable para ninguna edad», opinan los afectados

En Lantarón, con menos de 1.000 empadronados, cuentan con 12 cursos de diferentes disciplinas para adultos. - Foto: Jesús J. Matías

Miranda cuenta con una amplia variedad de cursos destinados para adultos. En la Casa de Igualdad, la Red de Mujeres ofrece clases que van desde el punto de cruz al ganchillo o las manualidades. Asimismo, la concejalía de Cultura organiza talleres de fotografía, cerámica o, entre otras cosas, yoga. Precisamente, esa última disciplina es la única actividad deportiva que el Ayuntamiento de la ciudad tiene en su catálogo, puesto que en las instalaciones de Anduva solo se imparten sesiones de natación y, según el concejal responsable, José María Alonso, «todavía no ha salido el pliego». Esta realidad ha empujado a varios usuarios hacia Haro, Lantarón o Rivabellosa para buscar lo que no encuentran en su municipio.

«Como empadronados en Miranda miramos en el Ayuntamiento las actividades que había, entonces, como no tenían oferta, miramos en un pueblo de aquí al lado, porque tienen una oferta deportiva increíble», relatan algunos usuarios afectados. «Ahí podemos elegir y, aunque pagamos algo más que los que están empadronados, es muy barato», apuntan. Desde su punto de vista, esta situación saca a la luz que la administración de la ciudad del Ebro «no promueve el ocio saludable, ni las actividades deportivas ni culturales» porque «no nos da opción a la gente de ninguna edad».

Los ciudadanos desplazados a lugares del entorno para ejercitarse opinan que «en unos pueblos muy pequeñitos se promueven muchas actividades y dejan entrar a gente de fuera». Lo cierto es que los datos avalan sus percepciones, puesto que mientras en Miranda solamente hay un curso de yoga, los principales municipios del entorno superan las diez disciplinas abiertas para cualquier adulto.

El caso más llamativo se encuentra en Haro, donde hay una oferta tan amplia que casi roza la veintena de opciones. Además, prima la variedad, dado que en esta localidad riojana, según constatan los documentos de su Ayuntamiento, se imparten desde talleres de pilates, a zumba, pasando por hipopresivos, balance, GAP, pádel e, incluso, tres modalidades diferentes de cursos de natación.

De forma similar, una población como Lantarón, que tiene menos de 1.000 habitantes, ofrece a sus vecinos y a los no empadronados una docena de actividades deportivas diferentes. Igualmente, el Ayuntamiento de Rivabellosa, que cuenta con casi 34.000 vecinos menos que Miranda, organiza hasta 11 clases de diferentes disciplinas para promover la actividad física.

Con todo, los afectados han tenido que abrazar esos amplios programas para hacer ejercicio. Eso sí, antes buscaron alternativas en su  ciudad. Sin embargo, no siempre se ajustaban a sus realidades. «Hay que ir todo a servicios privados y no todo el mundo se lo puede permitir», opinan. «Aquí no hay nada de oferta municipal, tenemos de una asociación que tiene muy poca cuota, pero nunca llegamos a apuntarnos porque suelen estar llenas rápido porque se reservan las plazas del año anterior», remarcan.