Los siete barrios de Aranda de Duero comparten la misma reivindicación: todos requieren un mantenimiento de forma «urgente». El tiempo pasa, dicen, y las baldosas continúan rotas. Mientras los tropezones se suceden, los baches, que salpican numerosas calles de toda la ciudad, se agrandan; casi al mismo tiempo que las raíces de los árboles destrozan las aceras, generando problemas de accesibilidad.
El suelo de la capital ribereña no es la única ‘joya’. El descontento vecinal abarca un sinfín de cuestiones. Desde las relativas al mobiliario más básico de toda ciudad, ya sea reponer papeleras, cambiar bancos deteriorados por el paso del tiempo o «el incivismo de algunos», hasta arreglos de mayor calado entre los que se incluyen la remodelación integral de los Jardines de Don Diego y la Avenida Castilla.
«El Ayuntamiento debería supervisar más todo esto. En el Polígono Residencial tenemos aceras que están hechas polvo. Muchas se hicieron hace 50 o 60 años y hasta ahora se han limitado a poner parches», critica Mari Carmen Peña, presidenta de la asociación vecinal del citado barrio. En la gasolinera junto a la rotonda del Helicóptero AB-47, advierte, «las baldosas se van a partir, están todas huecas y se puede caer mucha gente».
En esta misma línea se pronuncian en la Asociación de Vecinos de Allendeduero. José María Rojas defiende que más allá de los tres grandes proyectos que llevan reclamando desde hace años, como son la remodelación de la glorieta Rosales, la reparación de principio a fin de la Avenida Castilla y la del Barrio de Santo Domingo, resulta fundamental encargarse de los temas de mantenimiento, del día a día. «Nos encontramos con muchas baldosas sueltas incluso en zonas nuevas como el Paseo el Sol, señales de tráfico arrancadas u obsoletas, papeleras rotas... Hace falta que alguien en el Ayuntamiento se ocupe de verdad del mantenimiento de Aranda», indica Rojas.
Algo que también comparten los vecinos del Centro. La presidenta de la asociación, Lali Saugar, coincide en que se necesita «algo más de revisión, que los responsables del Consistorio se den una vuelta por los barrios» para que tomen nota de árboles dañados en la calle San Gregorio, baldosines que se levantan a San Juan, Puertanueva, Arco Pajarito o de los bancos destrozados por completo en los Jardines de Don Diego.
Todos convienen en que desde elAyuntamiento de la capital ribereña se debería realizar un listado con las necesidades que afrontan cada una de las zonas. En La Estación, el presidente de la asociación vecinal, Manuel Muñoz, advierte de primeras que tienen «absolutamente todas las necesidades», ya que el barrio se encuentra «muy mal». Asegura que en la calle Benjamín Palencia, reparada este año, han quedado baldosas sin poner, que faltan papeleras y que en la plaza Zurbarán es necesario diseñar un paso de peatones.
Eliminar grafitis. Mientras, tanto en Santa Catalina como en el Ferial Bañuelos reclaman que se eliminen grafitis y pintadas que afean los barrios. No es su única petición. En Santa Catalina suman el repintado de pasos de peatones, además de nivelar los resaltes y hoyos que se producen en las juntas de dilatación del firme de la calzada. «Las personas mayores tropiezan y caen con bastante frecuencia», lamenta Antonio Adeliño, presidente de la asociación vecinal.
Por su parte, desde el Ferial Bañuelos presentan solicitudes diversas que engloban «más civismo por parte de algunos dueños de animales» y la creación de huertos urbanos al final del parque María Pacheco. También adelantan que solicitarán al Consistorio un informe sobre la tecnología 5G que instalada en el edificio de Telefónica.
Finalmente, en líneas generales, la mayor parte de los barrios de Aranda se muestran satisfechos tanto con el alumbrado público como con el número de plazas de aparcamiento. De hecho, piden que se peatonalice alguna calle más como puede ser Pedrote hasta su cruce con Silverio Velasco, por su cercanía al centro, por carecer de salida y por ser zona comercial.