El centro derecha se mueve

Pilar Cernuda
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La nueva cúpula de Ciudadanos tiene ante sí el complicado reto de mantenerse en la primera línea de fuego para sellar un posible pacto con el PP de cara a las generales que lleve a descabalgar a Pedro Sánchez del Gobierno

Patricia Guasp y Adrián Vázquez son los nuevos dirigentes de la formación que fundó Albert Rivera. - Foto: EP

Ciudadanos ha tenido ya sus primarias y celebra este fin de semana su Asamblea, de la que saldrá un programa de gobierno. Además, definirá el papel de Inés Arrimadas, que deja la presidencia del partido pero seguirá al frente como la portavoz en el Congreso. Se cierra así un capítulo que fundamental para configurar el futuro del centro derecha, espacio esencial ante el reto que se produzca el relevo en la Moncloa y Pedro Sánchez pierda el Ejecutivo. 

Nadie apuesta por un resurgir de Ciudadanos, que lleva muchos meses con un declive imparable y, además, la división interna provocada por Edmundo Bal deja al grupo político maltrecho. Pero que sea difícil su recuperación no significa que desaparezca de la escena política: tiene novios, sobre todo en el PP, y en los próximos días, es seguro que de una manera más o menos clara empezarán a lanzarse lazos hacia las personas de Cs con mejor cartel. 

Hacia Arrimadas, también hacia Begoña Villacís y hasta es probable que hacia Edmundo Bal. Hizo una gran labor como portavoz adjunto parlamentario y demostró talla política. Pero tras el verano realizó movimientos que no sentaron bien a la dirección nacional, de la que era parte fundamental, y presentó su candidatura frente a la hasta ahora líder. Su mensaje era muy claro, sin dobleces: Ciudadanos tenía que abrirse también hacia la izquierda para afianzarse como partido de centro y liberal. No le fue bien en el enfrentamiento: en las primarias ganó la lista que apoyaba Inés Arrimadas.

En la calle Génova se muestran cautos respecto al futuro. No niegan que les vendría bien ampliar sus candidaturas con personas del entorno liberal de prestigio nacional, regional o local, pero descartan una absorción del partido. Están dispuestos a hablar con quien quiera hacerlo aunque, en ningún caso, se daría la bienvenida a cualquiera que se presentara en una sede del PP con el carnet naranja en la boca. 

Feijóo lleva meses dedicando el máximo esfuerzo a potenciar un PP que estaba desunido y desmotivado, y que recuperó la ilusión con su llegada, hasta el punto de que varios de los exmiembros destacados que habían dejado la política por desacuerdos con Pablo Casado o porque el palentino no quiso contar con ellos al apoyar a Soraya Sáenz en el congreso de sucesión de Mariano Rajoy, se han sumado ahora al nuevo equipo de dirección o colaboran con él desde fuera. 

En esa situación, en Génova consideran injusto que algunos de los miembros destacados del partido, tanto nacionales como regionales, que se están batiendo el cobre para que Feijóo llegue a la Moncloa, se vean desplazados de las listas electorales por cargos de la formación naranja. La puerta está abierta, reiteran, pero ni para todos ni en todas las circunstancias. Y se comprobará el grado de sinceridad del acercamiento y llamamiento a la puerta del PP en función de que acepten la militancia a la espera de que en el futuro puedan tener más papel en su nuevo partido.

Hay que apuntar que, más allá de esta posición, hay miembros del PP, pocos, que piensan que para el partido sería muy positivo que Ciudadanos decidiera presentar su candidatura sin ningún tipo de atadura con ellos y con siglas propias, porque creen que hay votantes socialistas que jamás depositarían en una urna la papeleta del PP pero sí la de Cs. De esa manera, se podría ampliar la suma de concejales, parlamentarios y diputados que nunca darían respaldo a Pedro Sánchez. Eso sería así si no existiera la ley D'Hont, que premia a los partidos grandes y castiga a los pequeños, como recuerda el equipo de Feijóo.

Indignación

Si en Cs es visible el desánimo -es significativo que en las primarias solo hayan participado la mitad de los militantes, cuando tenían 48 horas para votar y se podía hacer on line-, en cambio, en Vox están convencidos de que mejorarán el resultado de sus elecciones. Han superado el caso Macarena, creen que la exdirigente no conseguirá un resultado relevante si efectivamente se presenta a las elecciones, como dice, y al contrario de lo que ocurrió en las anteriores municipales, autonómicas y generales, están buscando candidatos conocidos en las provincias y localidades en las que presentarán listas. Dejarán de ser el partido plagado de cuneros, sobre todo en el Congreso y el Senado y harán una apuesta firme por los ayuntamientos, que es foco importante de captación de votos. 

Tienen una idea perfectamente asumida: no apoyarán ningún gobierno regional o local -las elecciones primeras son las de mayo- del que no formen parte. Se acaba la estrategia que han aplicado hasta ahora, en que para cerrar el paso al PSOE han llegado a pactos con el PP sin exigir ser incluidos en sus gabinetes. 

Se pusieron firmes en Castilla y León y, finalmente, transigió Alfonso Fernández Mañueco, que no renunciaba a seguir siendo presidente. Esa va a ser la norma que aplicará hasta ahora la dirección nacional de la calle Bambú, así que el PP está echando toda la carne en el asador para no verse obligado a aceptar gobiernos de coalición con Vox. Qué ocurrirá finalmente solo podrá determinarlo el resultado electoral, pero desde Génova se miden mucho las palabras cuando se les pregunta por Vox. Quieren romper el discurso de los socialistas que tratan de convencer a sus votantes de que no caigan en la tentación de confiar en el PP porque acabará gobernando con la ultraderecha.

Manifestación

El día 21 será una fecha importante para el centro derecha. Varias plataformas, Foro Libertad y Alternativa, Libres e Iguales, S'ha acabat, Neos, y hasta 30 más, han convocado una manifestación Por España, la democracia y la Libertad, en la que participarán destacadas personalidades intelectuales y políticas. Cuentan con el apoyo de Vox y Ciudadanos, y aunque el Partido Popular quiere conocer previamente el texto de convocatoria, no solo ha dado libertad a sus militantes y votantes para que acudan sino que también asistirán miembros de la dirección nacional.

Será una manifestación contra la deriva del Gobierno de Sánchez, incidiendo especialmente en la desaparición del delito de sedición del Código Penal, las consecuencias de la Ley Trans y la del solo sí es sí, la cesión a las exigencias de los independentistas y la ocupación de las instituciones. Pero el objetivo será también visualizar que el centro derecha tiene capacidad de reacción frente a lo que considera desmanes del Ejecutivo; que no solo la izquierda y los sindicatos se movilizan para expresar su indignación en la calle.

Porque el centro derecha, con Pedro Sánchez, no está dispuesto a mantenerse en silencio: no soportan ni un minuto más la situación política y social provocada por el Gobierno de Pedro Sánchez.