Inédito Burgos del siglo XIX

R.P.B.
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Gregorio del Santo publica un libro que recoge crónicas, acontecimientos y apuntes inéditos de hechos y personajes relevantes del Burgos de la centuria más convulsa de la historia

Lavanderas junto a la plaza de toros de Los Vadillos. - Foto: Fondo Cortés. AMBU

Durante la investigación realizada para la Historia Taurina de Burgos, enciclopedia que firmó al alimón con su compadre Miguel Ángel Salinas, fue descubriendo Gregorio del Santo cuestiones curiosas, desconocidas e interesantes del Burgos de siglo XIX que no dejó caer en saco roto. Así, fue almacenando información de hechos y personajes que ahora, años después y tras haber revisado infinidad de archivos y hemerotecas, han visto la luz en forma de libro: Burgos siglo XIX. Crónicas, acontecimientos y apuntes inéditos de personajes relevenates. Por sus páginas desfila la letra pequeña y secreta de una ciudad en la centuria más agitada -«el desmelenado siglo de las revoluciones, de las guerras frastricidas, de los intentos de destronar a la monarquía (...) es el siglo de la llegada del ferrocarril que tanto cambiaría no sólo las comunicaciones en el mundo, sino también, qué duda cabe, las formas de vivir, de viajar y de pensar», escribe Miguel Ángel Salinas en el prólogo del libro.

Así, este siglo XIX que descubre Gregorio del Santo está repleto de sagas fundamentales de la historia de Burgos, desde los Moliner a los Bohigas pasando por una de las más famosas todavía hoy, los Fournier, apellido que forma parte de la memoria colectiva de todos aquellos que han jugado alguna vez a los naipes. Y de personajes asaz interesantes, como Francisco Valdivielso Mozi o TimoteoArnaiz, entre otros. Dedica también un capítulo interesantísimo a las fondas y casas de posta, toda vez que el XIX fue el siglo de los primeros grandes viajeros y Burgos ciudad obligada de paso para todos ellos. De todas estas, la más famosa fue la Fonda de la Rafaela, que según desvela el autor constaba de 36 habitaciones con sesenta camas, dos cocinas y dos comedores. Aquella fonda cambiaría posteriormente su nombre por el de ‘Hotel París’; su cercanía a la plaza de toros de los Vadillos hizo que en este famoso establecimiento se alojaran célebres matadores de toros.

Abunda asimismo el libro en otro personaje gracias a cuyos escritos como testigo de excepción de diferentes sucesos se conocen muchos de los acontecimientos acaecidos en el XIX: Marcos Palomar, tipo interesante del que se han conocido muchos detalles de la ocupación francesa en los albores de tan ajetreado siglo. Habla, asimismo, de la marquesa de La Vilueña. «María de las Mercedes de Salamanca yMartínez de Pisón fue una persona con gran relieve en la sociedad burgalesa del siglo XIX, con numerosas vinculaciones familiares entre la oligarquía castellana». Uno de los edificios más emblemáticos del ilustrado paseo del Espolón se le conoce con el nombre de esta marquesa.

Merecen otro capítulo del libro de Gregorio del Santo los farmacéuticos que tenían sus boticas en Burgos en aquella época, o el maestro de obras Pascual Escudero, así como la ermita de San Roque, que se ubicaba en el entorno de la calle San Francisco y cuyo cementerio sirvió para enterrar a los ajusticiados. «La exhaustiva investigación hecha por Gregorio de desamortizaciones, herencias etc, expurgando en protocolos notariales, nos darán sospresas que aclararán el devenir de propiedades expropiada que, con los años, volverán a poder de órdenes religiosas (...) los lectores no se quedarán defraudados ni del contenido, ni de los numerosos hallazgos que a lo largo de los capítulos van a ir encontrando en este concienzudo y extraordinario trabajo», remata Salinas en el prefacio.