El relato de lo que no se ve

I.L.H.
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A través de una cámara analógica, Álvar Alonso habla del papel de la identidad, la exposición pública y la actual obsesión por la imagen en una muestra en la que se ocultan los rostros. En la Biblioteca de la UBU hasta el 21 de diciembre

Álvar Alonso posa de espaldas, para ocultar su rostro, en la exposición con sus fotografías. - Foto: Valdivielso

No recuerda haberse hecho nunca un selfi y si echa la vista atrás la incomodidad por aparecer en las fotos la arrastra desde la infancia. Desde que recuerda siempre ha buscado no estar o más bien no aparecer. Prefiere que su identidad se identifique con su trabajo fotográfico, en lugar de con la imagen exterior que no le representa. Por eso ni siquiera aparece su rostro descubierto en este reportaje.

De eso, además, va la exposición que Álvar Alonso presenta en la sala Código UBU, en la biblioteca de la universidad. «Sin darme cuenta, desde que tengo registro de las fotos que hago (2012) se repite una serie de retratos y momentos en mi vida en los que lo oculto me resulta atractivo», explica el autor también del último videoclip de El Nido, el que sirve de presentación de su segundo trabajo, Ícaros. Entre las doce imágenes de gran formato y las cerca de un centenar más pequeñas, hay rostros que no se dejan ver reflejados en un espejo roto; otros que solo son una sombra proyectada; los hay desenfocados, u ocultos tras una prenda.

«Le damos demasiada importancia a la imagen - casi siempre superficial-; mucho más de a lo que hacemos o somos. Eso me da pavor. No me gusta que se juegue en las redes con la identidad porque tiene mucho valor», asegura.

Sus imágenes captadas siempre en analógico y en la mayoría de los casos en blanco y negro hablan de la exposición pública, la obsesión por la imagen, la distorsión de lo que somos y las falsas identidades. Lo hace con fotografías que, sin buscarlo, contienen cierto misterio al exponer aquello que está oculto y dar relevancia a lo que no se ve, y a lo que puede haber detrás de una primera impresión.

«Fantaseo con el hecho de 'estar' sin 'ser' y con un mundo en el que la identidad superficial como la conocemos no tiene relevancia. Todos quieren tener un 'yo' que mostrar, y yo solo quiero estar oculto», añade al explicar lo que representa No serás libre hasta que dejes de ser, como ha titulado a su primera exposición individual. Se puede visitar hasta el  21 de diciembre.