La tasa de empleabilidad de los egresados de la Universidad de Burgos ha mejorado en líneas generales en los últimos años, aunque el Rectorado teme que la tendencia no se mantenga debido a la situación económica. En cualquier caso, existen diferencias entre las distintas áreas de conocimiento que se imparte en el campus, donde la Escuela Politécnica lidera los últimos datos que maneja la institución, sin que esto suponga desbancar a la Facultad de Ciencias de la Salud y su grado de Enfermería.
Analizando las cifras por títulos y centros a partir de la última encuesta remitida por la UBU a sus titulados (la de 2020-2021), destaca la «fuerte subida» registrada en Arquitectura Técnica después de que su interés quedara en mínimos fruto de la anterior crisis. Este se ha ido recuperando con el tiempo, habiéndose cubierto este curso sus 35 plazas en el segundo listado de admitidos. Las voces empresariales sobre la necesidad de incorporar profesionales se vienen repitiendo cada vez con más fuerza y el claro ejemplo de esta demandase refleja en que el 92% de los titulados trabaja de lo suyo al año de terminar, incrementándose hasta el 100% si estos cuentan con formación especializada de posgrado. En comparación con el curso anteriores, el crecimiento ha sido significativo, ya que en el ejercicio 2018-2019 se encontraba en el 63%.
«Salen todos con trabajo y las empresas del sector nos siguen solicitando aparejadores», subraya el vicerrector de Relaciones con la Empresa, Gonzalo Salazar, quien extiende esta situación a a las ingenierías. Informática se sitúa a la cabeza, con el 80% de los egresados empleados en su ámbito de estudio en el ejercicio posterior, si bien precisa que, a pesar de lo que se pueda pensar, asegura que el número de graduados por promoción suele rondar los 35 teniendo en que cuenta que se ofertan 175 plazas de nuevo ingreso, de las cuales 100 son en modalidad online. «La matrícula es muy elevada pero son muchos los que acceden al mercado laboral antes de acabar», sostiene. Sin dejar de lado esta rama, destacan también las enseñanzas industriales, con un 73% de tasa de empleabilidad en Organización el primer año, de los cuales el 90% desempeña su labor en un puesto del sector, a la que se suma con cifras similares la de Electrónica Industrial y Automática, mientras que se coloca el 65% de los de Mecánica.
La Facultad de Ciencias de la Salud presenta la mayor proporción de titulados que trabajan en lo que han estudiado, como es el caso de los alumnos de Enfermería, con un 92% de inserción. En línea alcista aunque con una tasa menor, figura Terapia Ocupacional, con el 70%, siendo el 97% los alumnos con un empleo relacionado con el grado.
Mención aparte merecen las carreras que requieren de un máster habilitante para ejercer la profesión, como son las Educación Infantil y Primaria, donde la empleabilidad ronda el 50% el primer año pero sin que esta esté relacionada con el título, si bien llega al 75% el tercero, de los cuales la mitad sí que trabajan como maestros. En este punto, Salazar precisa que en ambos casos la inserción laboral «es muy dependiente de las convocatorias de oposiciones, por lo que su determinación es coyuntural».
Situación similar se produce en el grado de Derecho, que continúa entre los grados con menor ocupación, con un 28%, que, sin embargo, crece hasta el 43% al tercer año de haber terminado. Una cifra que se explica por la «obligatoriedad» de cursar el máster de Acceso a la Abogacía para quienes quieren ejercer como abogado y por la preparación de oposiciones, «lo que lleva a que se incorporen de forma más tardía al mercado laboral».
En la Facultad de Económicas, ADE pasa del 44% al 60% de tasa de inserción, incrementándose de igual forma el porcentaje de los estudiantes que trabajan en lo suyo (76%). Por lo que respecta a la Facultad de Ciencias, en Química la inserción pasa del 32 al 55% el primer año, y en Humanidades se mantiene la ocupación de Comunicación Audiovisual en un 46%, de los cuales el 70% desarrolla una labor relacionada con este campo. El grado de Español reduce su empleabilidad del 74 al 51%, nivel similar al de Historia y Patrimonio.
Salazar valora los datos como «mejorables», sobre todo en Humanidades, al tiempo que subraya que «a mayor formación, mayor inserción». Advierte de que debe tenerse en cuenta que más de la mitad de los alumnos procede de otras provincias, así como la distinción entre quienes estudian online y presencial dado que los primeros responden a un perfil diferente a los que superan la EBAU.