Los Bomberos de Briviesca piden prudencia a la hora de realizar actividades al aire libre tras un año en el que los rescates en la montaña, concretamente en el Parque Natural de los Montes Obarenes, se han disparado. En 2022 realizaron 16 en el entorno, más de uno al mes de media, a diferencia de anteriores anualidades en las que apenas recibían uno o dos avisos. Jesús Losúa, responsable del parque, recomienda «preparar bien la salida, consultar la meteorología, ir bien equipado de ropa, calzado y comida, y llevar el teléfono móvil bien cargado y con un sistema de navegación porque la gente se pierde con facilidad».

Han atendido a excursionistas que sufrieron caídas por desconocimiento del terreno, gente mayor lesionada, personas desorientadas e incluso a un usuario de la vía ferrata de Silanes que se quedó bloqueado en el tramo de mayor dificultad. A pesar de que en algunos casos los bomberos se encuentran con gente experta, Losúa subraya que en bastantes ocasiones los sucesos «están claramente relacionados con una falta de preparación o una imprudencia cometida por el accidentado». 

En una línea similar, el jefe del parque briviescano siente cierta  preocupación al multiplicarse también las intervenciones relacionadas con las situaciones de soledad que viven muchos mayores en la ciudad. Hace poco más de dos años apenas socorrían a personas heridas en sus hogares pero durante el pasado ejercicio las alertas aumentaron hasta superar la media de un rescate por cada dos meses.

Se han encontrado a ancianos que residen en soledad y que habían resbalado, tropezado y caído al suelo. «Algunos de ellos, sin fuerza para levantarse, no pueden avisar de lo ocurrido y son los familiares o los propios vecinos los que alertan porque escuchan sus gritos de socorro o porque llevan días sin verlos», aclara.

Las salidas para sofocar incendios volvieron a ascender «después de un 2020 demasiado tranquilo y un 2021 en el que la mayoría se produjeron por la quema de rastrojos y vertederos y en viviendas», expone el profesional. Las consecutivas olas de calor que azotaron a la comarca durante los meses del pasado verano arrasaron con más hectáreas de monte bajo -zona en la que predomina una vegetación de arbustos y pequeños árboles que no superan los 6 metros de altura- y en cuestión de 60 días intervinieron en 35 ocasiones, el doble que hace justo un año. Asimismo, sofocaron las llamas de 10 vehículos, 6 viviendas y un pajar.

Los servicios de asistencia en accidentes de tráfico se mantienen con respecto a otras anualidades y durante 2022 solo actuaron en 10, uno más que en 2021 y además «de mayor gravedad». Desde que la AP-1 quedó libre de peaje, hace ya cinco años, las salidas de los bomberos briviescanos se han visto reducidas a más de la mitad. Pese a que siguen produciéndose percances, tanto en la autopista como en la N-I han comprobado que revisten menor gravedad. Por contra, en la carretera de la provincia más letal, la N-120, han participado en varias excarcelaciones. 

Otra de las labores más comunes que ejecutan los profesionales en los últimos años se debe a la retirada de enjambres, tanto de abeja, como de avispa común y asiática, y el número aumenta en 4 hasta llegar a los 22. El parque continúan recibiendo alertas sobre la expansión de esta especie invasora por parte de vecinos y autoridades.

Asimismo, Jesús Losúa reitera que «cada vez son más el número de falsas alarmas que recibimos. En los últimos 12 meses hemos acudido a diferentes puntos del territorio para sofocar incendios o realizar otras intervenciones inexistentes. Rogamos que antes de dar aviso las personas comprueben que se trata de un suceso real».

Nuevos voluntarios. El cuerpo de bomberos de Briviesca, compuesto actualmente por dos profesionales y 13 voluntarios, requiere de más profesionales ya que la zona de actuación «es muy amplia», destaca el jefe. Si bien, las personas que pretendan formar parte del equipo deberán cumplir ciertos requisitos y tendrán prioridad aquellos que dispongan del carnet de conducir C (para el camión).  

Por otro lado, continúan demandando el vehículo de autoescala que la Diputación «prometió comprar hace ya un año y medio» con el que poder intervenir en alturas a partir de un quinto piso.