Un largo viaje, décadas de trabajo recopilando objetos, esfuerzo individual y financiación propia, así como, una pasión desmedida por el mundo de los trenes son los ingredientes que han dado forma al Museo del Ferrocarril III Generaciones. Ahora bien, tras años de espera, el fundador de las instalaciones situadas en Ircio, Julio García, ha logrado su objetivo y ya están abiertas. Además, su satisfacción no puede ser más grande, pues ya ha recibido a sus primeros visitantes y todos han salido sumamente contentos.
Decenas de personas distribuidas en varios grupos acudieron a la pedanía mirandesa ayer y descubrieron la extensa exposición. Por sus rostros parecían estar estupefactos al contemplar tanto material. Y, según sus palabras, se confirmó esa sensación. Por ejemplo, David, uno de los visitantes, comentaba que se había quedado «muy sorprendido, porque es una cosa que no me esperaba». «Más aprovechado en tan poco sitio no puede estar», explicaba. «Es muy curioso y está muy bien organizado, pero además ha hecho una explicación sencilla», añadía.
Una vivencia similar tuvo Blanca, quien también acudió a una de las visitas guiadas. «La experiencia ha sido inmejorable», remarcaba. Desde su punto de vista, Julio García «lo ha montado muy bien, porque tiene de todo y lo explica con sus palabras, con lo que él siente, que es el ferrocarril». «Lleva toda la vida en esto, y se nota», destacaba.
Julio García (izquierda) se encarga de explicar a los visitantes cada detalle de la exposición. - Foto: A.B.En cualquier caso, aunque las instalaciones se alzan como una oda al sector de los trenes, lo cierto es que sus puertas están abiertas a todo tipo de personas. Por ejemplo, David decía que «Miranda es una ciudad ferroviaria, yo hice la mili en ferrocarriles, pero tampoco tengo una pasión loca». «Aunque este tipo de iniciativas, como este museo privado, creo que hay que darles apoyo», completaba. Igualmente, Blanca explicaba que también es natural de la ciudad del Ebro y «todos los que somos de aquí somos del ferrocarril, nos tira». «Al final es algo que te gusta, porque puede que no entiendas sobre el ferrocarril, pero lo estás viendo y te llama la atención porque son mil cosas», describía.
En definitiva, Miranda agradece iniciativas como la de García, dado que «si no es por este tipo de cosas, dejamos que se pierda la cultura y lo mínimo es apoyar este museo aunque esté en Ircio, porque hasta ahora no lo teníamos en toda la ciudad», según opinaba Blanca.