Las familias normalizan la bebida en menores

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Aunque la encuesta nacional a estudiantes de Secundaria indica que se consume muchísimo más alcohol que porros, Proyecto Hombre recibe más solicitudes para dejar de fumar

Las familias normalizan la bebida en menores - Foto: Patricia

El año pasado Proyecto Joven, el área destinada a menores de 21 años de Proyecto Hombre, atendió a 163 adolescentes en un programa específico denominado 'Identidad' y dirigido a chavales con un alto riesgo por consumo de drogas. Tenían una media de edad de 15 años, la sustancia que motivó que sus familias pidieran ayuda fue el cannabis en el 76,30% de los casos y en segundo lugar pero muy lejos, el alcohol, en un 23%, lo que no parece corresponderse con la realidad de los datos. La encuesta Estudes del año  2021, dirigida a estudiantes de Secundaria y realizada en el contexto del Plan Nacional sobre Drogas, indica que las más consumidas por la población de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años fueron, en este orden, el alcohol (70,5%), el tabaco (30,7%), el cannabis (22,2%) y los hipnosedantes sin receta (13,6%). 

La lectura de esta realidad que hace la directora de la entidad, Marta González, es que beber está tan normalizado que no se percibe en absoluto como un consumo de droga y no se aprecia el importante riesgo que conlleva, que es tan alto como el de los porros, algo que sí asusta mucho a los padres y que cuando lo conocen enseguida piden ayuda. «Existe una muy baja percepción del riesgo entre las familias y la sociedad en general sobre la bebida. Se sigue considerando que es totalmente normal que los chicos y las chicas consuman alcohol, por lo que es imprescindible una toma de conciencia general y una divulgación sobre los efectos del alcohol en la gente joven, no solo físicos sino como vía de entrada, que lo es e importante, al consumo de otras sustancias».  

El precoz inicio del consumo tanto de porros como de alcohol es siempre experimental, indica la experta, y dentro de un contexto social de iguales, y tienen que pasar muchos meses para que los padres se percaten de que su hija o hijo está bebiendo en su tiempo de ocio, lo que solo se adelanta si se da el caso de que el adolescente llega a tener una intoxicación etílica (o un accidente, traumatismo, agresión o lesión) que obliga a llevarle a Urgencias del Hospital Universitario de Burgos.

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