No se ven ni se oyen, pero están contribuyendo a cambiar radicalmente la estrategia energética de las principales multinacionales de Burgos y, por extensión, de todo el tejido productivo provincial. La carrera por la sostenibilidad, por la lucha contra el cambio climático y la descarbonización, ha comenzado en las gigantescas cubiertas de estas industrias, que en los últimos meses se han llenado de paneles fotovoltaicos. Cuatro grandes -Grupo Antolin, Bridgestone, Campofrío Frescos y Kronospan- han invertido más de 15 millones de euros para abastecer a través del sol a una parte importante de sus procesos productivos, generando -para visualizar este esfuerzo- una energía equivalente al consumo anual de luz y calor de más de 6.000 viviendas de tamaño medio en la ciudad.
La última gran industria en sumarse a la carrera del sol ha sido Kronospan, que se ha ahorrado un  7% de su recibo energético gracias a las dos instalaciones fotovoltaicas ubicadas en los techos de la fábricas de tablero aglomerado de Castañares y Salas de los Infantes, respectivamente, y que han sido construidas por Endesa X. Son, en total, 16.000 módulos (cinco campos de fútbol en la comparativa) con 7,4 megavatios de potencia instalada (MW) cada una y una capacidad total para generar 9,2 gigavatios hora al año.

(Más información en la edición impresa de este domingo de Diario de Burgos)