El arreglo del viaducto en Melgar obligará a cortar la A-231

L.M.
-

La Junta, titular de la A-231 entre León y Burgos, ha detectado deficiencias en los puentes que salvan el Pisuerga y el Carrión (Palencia). Precisan actuaciones urgentes que conllevarán el desvío del tráfico

El viaducto que salva el paso del río Pisuerga sufre «daños durables o funcionales graves que requieren actuaciones a corto plazo» según un estudio que maneja la Junta. - Foto: Luis López Araico

Se cumplen estos días 19 años de la entrada en funcionamiento del tramo Osorno-Burgos de la autovía A-231. Fue un 30 de abril de 2003 cuando se inauguró el último ramal de esta vía de alta capacidad, de titularidad autonómica, que une León y la capital castellana. Desde su puesta en marcha, la Junta, responsable de su mantenimiento, ha acometido numerosos arreglos de la calzada. Sin embargo, el paso del tiempo ha ido mermando el estado de los dos viaductos que salvan el transcurso de los ríos Carrión y Pisuerga a su paso por Carrión de los Condes y Melgar de Fernamental.

Este último, que ejerce de frontera entre la provincia de Palencia y la burgalesa, sufre una serie de daños que precisan actuación a corto plazo. Así se desprende de un informe que encargó la administración regional a una ingeniería, y que arroja unos datos ciertamente preocupantes. El arreglo de ambos, que acaba de salir a licitación por un importe de 1,7 millones de euros, conllevará el corte total de una de las calzadas mientras se realizan los trabajos en la estructura, desviando el tráfico por los otros dos carriles. El plazo de ejecución del contrato se ha fijado en 15 meses, siempre fuera del periodo entre marzo y junio para evitar afecciones en la época de cría de la fauna ibérica ribereña. Siete serán necesarios para actuar sobre el palentino y 8 para el burgalés. No obstante, el de Carrión requiere una inversión de 630.000 euros mientras que el de Melgar son 455.000. A pesar de esto, es este último el que en peores condiciones se encuentra.

Los deterioros más graves se localizan en los elementos metálicos de uno de los vanos y en los aparatos de apoyo de las pilas. Se ha constatado la pérdida de tratamiento protector por culpa de las acciones climática, así como la existencia de corrosión, especialmente junto a las zonas de agua. También se ha denotado que los aparatos elastoméricos (permiten controlar la interacción de las cargas y movimientos entre las vigas y las pilas) se han desplazado de un posición original hasta un 75%, llegando a estar incluso 10 centímetros fuera de la cama de nivelación.

En la plataforma superior destacan daños en las juntas de dilatación y pérdida de cubre tuercas por abrasión y desgaste, motivado por el tráfico que soporta esta estructura. Los sistemas de contención presentan un comienzo de pérdida de tratamiento superficial, lo que acelera la aparición corrosión. Asimismo, la transición entre el pretil y la barrera metálica no es correcta por la falta de un elemento de unión adecuado.

Con todo ello, el informe alerta que el viaducto presenta en estos momentos «daños durables o funcionales graves que requieren actuaciones a corto plazo». El informe, que está en manos de la Junta de Castilla y León desde finales de 2019, no ha sido sacado a concurso hasta ahora.