La segunda vida de Pablo

I.E.
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Policías locales, un bombero, una enfermera fuera de servicio y un ciudadano de a pie logran salvar a un ciclista aficionado de 57 años que sufrió una parada cardiaca cerca de Carcedo el día de Jueves Santo

Manolo, Víctor, Joserra, Javi, David, María, Diego y Javi rodean a Pablo Gómez. - Foto: Patricia González

Como tantas mañanas, la del Jueves Santo Pablo Gómez quedó con su cuadrilla a las 8,30 horas para hacer una ruta en bici por la provincia. Eligieron la de la 'sierra larga', nombre que le dan los aficionados a las dos ruedas a esa 'etapa' de unos 135 kilómetros que empieza en la capital, continúa por la carretera de los embalses, llega hasta Barbadillo de Herreros y toma el camino de vuelta a la ciudad por Tierras de Lara. En lugar de tomar la N-120 (no le gusta por el tráfico), se separó de sus compañeros y se dirigió hacia Castrillo para luego coger la 'ruta de la herradura', la que comienza en Fuentes Blancas y termina en Pisones. A la altura del paraje del Carrascal, cerca del desvío a hacia el monasterio de San Pedro de Cardeña, se desvaneció y se fue al suelo. Si no se hubieran dado un cúmulo de circunstancias, casualidades y la certera intervención de una enfermera y un bombero fuera de servicio y la de seis policías locales Carlos no estaría disfrutando hoy de una segunda vida.

Sí, porque Víctor, que le había adelantado hacía unos segundos cuando conducía su coche junto a su novia hacia Carcedo, observó por el retrovisor cómo el ciclista se iba al suelo. Pensó que se trataba de una mera caída, pero al ver que no se levantaba, pisó el freno y acudió en su auxilio. Y cuando le vio se preocupó, «porque estaba inconsciente y echaba espuma por la boca». Llamó al 112 rápidamente, pero a los cinco minutos, por fortuna, se detuvo otro coche, en el que viajaba Isabel, una enfermera que salía del trabajo.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)