El nuevo 'modelo' de fiestas de San Pedro en el que trabaja el equipo de Gobierno traerá consigo novedades para las primeras celebraciones sin restricciones desde que comenzara la pandemia. Si el pasado miércoles se conocía que los fuegos artificiales se lanzarán desde el puente de Castilla, en aras de la «seguridad», en esta ocasión los cambios afectan a otro de los actos centrales, la Feria de Tapas, de la que ya en 2019 se habló de una renovación debido a la caída de la afluencia de público y de la calidad.

La Concejalía de Festejos, junto a la de Comercio, y la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería llevan tiempo manteniendo reuniones de cara a la recuperación de dicha muestra gastronómica. Por el momento, las conversaciones se centran en la ubicación de las casetas, habiéndose concretado ya una de ellas, el paseo de la Sierra de Atapuerca, mientras que está avanzada, aunque no cerrada, la segunda, que sería uno de los laterales del paseo del Espolón, concretamente el paseo de Marceliano Santa María, donde se celebran otras citas como la del colectivo de artesanos. Su confirmación dependerá de poder compaginar la cita con las actividades que se desarrollarán a la altura de los cuatro reyes para «dejar los espacios correspondientes y que no interfieran» ambos eventos, según explica la concejala de Festejos, Blanca Carpintero, quien, no obstante, precisa que «haremos lo posible para que todo pueda ser compatible».

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