Coincidiendo con el tradicional desfile militar del 14 de julio en París, muy marcado por la guerra desatada en Ucrania, Emmanuel Macron quiso poner ayer en guardia a la población ante el escenario, que considera «probable», de que Vladimir Putin cierre totalmente los grifos del gas en dirección a Europa como un arma de guerra con importantes efectos económicos, al tiempo que defendió que la primera respuesta tiene que ser la sobriedad energética.
«Rusia utiliza la energía, igual que la alimentación, como un arma de guerra», destacó el presidente galo en una entrevista, dedicada en buena parte a las consecuencias, sobre todo económicas, de la invasión por parte de Moscú.
Ante esta perspectiva, Macron adelantó que su Gobierno tiene previsto pedir a las administraciones y a las grandes empresas planes de «sobriedad» para ahorrar energía con objetivos cifrados, y señaló que las medidas deben aplicarse con criterios de «ejemplaridad y responsabilidad».
Además de confirmar que se van a mantener en funcionamiento las dos últimas centrales de carbón del país más allá de las fechas de cierre que se habían programado inicialmente para este año y el próximo, el líder francés mostró su completa intención de «negociar» con sus socios europeos un cambio en el mecanismo de fijación de precios de la electricidad.
A su parecer, ese mecanismo que establece el precio en función de la última central que tiene que aportar electricidad al mercado para cubrir la demanda constituye un sinsentido en la situación actual ya que «es demasiado dependiente del gas que importamos».
Respecto al conflicto propiamente dicho, el mandatario avisó de que «tenemos que prepararnos a que dure». Dio por hecho que «el verano y el comienzo del otoño serán muy duros» a la vista de cómo se están desarrollando los combates por el control de la región del Donbás, uno de los principales motivos de la contienda.
Al hilo, confirmó que Francia, que ya es el país de Europa occidental con el Ejército más potente, tendrá que aumentar su presupuesto militar en los próximos años ante el nuevo escenario geopolítico.
Apenas una hora antes de la entrevista, Macron fue el encargado de presidir el tradicional desfile militar del Día de la Bastilla en la capital, que en esta ocasión estuvo marcado por la presencia de la bandera de la OTAN y de 106 militares de nueve Estados miembro del flanco este de Europa, antiguos miembros del Pacto de Varsovia que se sienten amenazados con la ofensiva rusa.