«Han aprendido la teoría sin darse cuenta»

B.G.R.
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Daniel Martín, profesor de las Salesianas, logra que alumnos de la ESO desarrollen sencillas aplicaciones informáticas para los de Infantil con un proyecto reconocido a nivel nacional

Martín imparte la asignatura optativa de Programación, entre otras, a estudiantes de cuarto de la ESO. - Foto: Alberto Rodrigo

El objetivo que se marca Daniel Martín como docente en el colegio Salesianas de la carretera de Arcos no es otro que el de motivar a sus alumnos. La tarea resulta complicada y requiere de un esfuerzo previo que, en su caso, le está reportando más de una satisfacción. Por un lado, la de ver la implicación de los estudiantes y de ahí una mejora de sus resultados y, por otro, la de sus compañeros, que han reconocido su proyecto como una de las mejores experiencias didácticas de 2022 a nivel nacional.

¿Qué ha puesto en práctica Martín para que Aulas circulares, como se denomina su iniciativa, obtenga este éxito? Profesor de las ESO de Matemáticas, Tecnología, Informática y Programación, se ha centrado en esta última asignatura para desarrollar una idea que ya había llevado al aula de forma incipiente en cursos anteriores. «Interconectar etapas funciona muy bien», explica en referencia a esa experiencia previa en la que los estudiantes de mayor edad explicaron algunos experimentos científicos a los de segundo ciclo de Infantil.

Partiendo de esa base, al inicio del pasado ejercicio lectivo quiso avanzar en la experiencia al plantear a sus compañeras de Infantil la posibilidad de que los alumnos de cuarto de la ESO crearán sencillas aplicaciones o programas informáticos para los más pequeños. «Había que conocer los contenidos de ese nivel para adaptarnos», explica, reconociendo en ese sentido que en el proceso hubo que corregir errores como el planteamiento de las preguntas a realizar sobre, por ejemplo, el aprendizaje de los colores, las vocales o las sumas.

Una vez pulido el proyecto llegó la primera evaluación del mismo por parte de las maestras de Infantil, que probaron en el aula el trabajo confeccionado en la ESO con el añadido, además, que una parte de la puntuación del mismo dependía de su opinión, no solo de la Martín. La satisfacción fue generalizada, con alumnos que, incluso, fueron más allá del cometido inicial y llegaron a diseñar pequeños videojuegos. «Todos los trabajos presentados estarían peor elaborado si solo me los hubieran entregado a mí», asegura el docente. 

La continuación. Una lectura positiva a la que añade el plus de la motivación generado por un proyecto en el que «han aprendido la teoría, a la que de otra forma no darían valor, sin darse cuenta al llevarla a la práctica». Por ello, aprovechará la experiencia del curso pasado para repetirla con los estudiantes del actual en el segundo trimestre, ya sea partiendo de los trabajos que desarrollaron sus compañeros o comenzando de cero, y sin descartar la posibilidad de que estos acudan a las clases de Infantil para ver in situ el funcionamiento de las ideas desarrolladas. 

La vivencia no se quedó en el aula. Martín envió su propuesta al Salón Internacional de Tecnología e Innovación Educativa (SIMO), que reúne en Madrid a profesores, expertos y empresas relacionadas con el mundo educativo, logrando que fuera seleccionada entre las 35 mejores experiencias que se expusieron el pasado mes de noviembre. «Resultó algo enriquecedor e inspirador», resalta respecto a la presentación ante compañeros que «entienden las situaciones en aula y el por qué de este proyecto». La motivación ha pasado de alumno a profesor, reafirmando su vocación docente y con más ganas que nunca de continuar buscando ideas con que favorezcan el aprendizaje.

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