El repunte del padrón de habitantes en la provincia que se notificó durante 2019 se ha quedado en un mero espejismo. Tras la primera subida de vecinos en una década, la situación demográfica volvió a la senda de los descensos tanto en 2020 como en 2021. La alta mortalidad provocada por la pandemia, unida a la ralentización de la natalidad pueden estar detrás de un fenómeno que deja 354.417 personas a 1 de enero de 2022.

Se trata de 1.638 menos de las que tenía registradas elInstitutoNacional de Estadística (INE) un año atrás. Si tomamos como referencia el pico poblacional que se anotó tras el 2019, la diferencia con este arranque de curso alcanza los 3.233 individuos. La pérdida de habitantes, no obstante, tiene dos caras muy claramente marcadas: por un lado los españoles y por otro los extranjeros.

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