El placer de poder leer

B.A.
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Usuarios de Aspanias en Salas asisten a un club de lectura fácil, con libros adaptados para ser más comprensivos. A través de vídeos divulgan el valor de la accesibilidad cognitiva

Los asistentes al club de lectura de Aspanias, de la mano de Raquel Molinero, están leyendo ‘El Quijote’. - Foto: f2estudio

Leer es un placer y gracias a la lectura fácil está al alcance de aquellas personas que presentan ciertas dificultades de comprensión. Textos adaptados que usan palabras más sencillas, frases cortas y dibujos o ilustraciones, convierten en más entendibles las páginas de los libros y permiten a Charo, Ricardo, José Luis y Carmen disfrutar de esos viajes a través de las letras. Ellos cuatro forman parte del grupo de 20 personas del centro de Aspanias en Salas que asisten a un club de lectura fácil, donde ya han descubierto El capitán Valiente, Sentido y Sensibilidad y El Lazarillo de Tormes. Ahora están inmersos en El Quijote, siempre de la mano de Raquel Molinero, la profesional de referencia en el centro en materia de accesibilidad cognitiva, que junto a la física y la sensorial suman las tres patas en materia de accesibilidad universal. 

Hace tres años que en las instalaciones salenses decidieron utilizar esta herramienta para facilitar la lectura a sus usuarios, que pudieran entender lo que leen, y la experiencia es «muy motivadora y enriquecedora para ellos», explica Raquel, que antes de comenzar a leer cada nuevo libro realiza con los asistentes al club un contexto del mismo, hablando del autor, personajes o escenarios. «Luego cada uno lee su parte en voz alta, se ponen cosas en común y si hay alguna duda también la exponen», comenta la profesional. 

Ricardo Díez, que confiesa las risas que pasan leyendo El Quijote, añade más a lo que sucede en ese club. «Raquel nos pregunta para ver si lo hemos entendido y nosotros hacemos un pequeño resumen de lo que hemos leído. Es muy entretenido», comenta el lector, que asegura que «el libro nos facilita la lectura porque las frases son más cortas y también poder conocer lugares y personajes, y eso nos gusta». A Rosario Arrández, como ella reconoce, este club, además de permitirla entender y comprender mejor, le ha enseñado «a tener más paciencia y a esperar los turnos». Carmen Casquillo asegura que se divierte mucho, ya que antes, al no entender lo que leía, se aburría,  y a José Luis Izquierdo los que más le han gustado han sido El Quijote y El Lazarillo.  «Me siento bien y me entretiene», añade este último.

Más allá del club de lectura fácil, en el centro también trabajan esta accesibilidad cognitiva, la que tiene que ver con el conocimiento y la comprensión, a través de otras herramientas. Una de ellas es el itinerario de validadores de lectura fácil, en el que están formando a 10 usuarios. «Para que un libro sea de lectura fácil tiene que seguir una normativa y pasos. Uno de ellos es que un grupo de validadores, con y sin discapacidad, lo lean antes, y si hay algo que no entienda, se lo diga al adaptador para que lo modifique», explica Raquel. En ese sentido, Laura Rica, directora de Aspanias en Salas, destaca la importancia de acercar estos proyectos al medio rural, algo que además los convierte en generadores de servicios, no solo en receptores de ellos. 

Divulgación. El trabajo que desde el centro realizan en esta línea lo reflejan y divulgan a través de vídeos. En el último muestran como funciona el club de lectura fácil y muestran la existencia de esos libros adaptados, y en otros anteriores hablaban de la adaptación del entorno, señales y carteles; y de animar a los guías turísticos a formarse en accesibilidad cognitiva. «Es la más desconocida y por eso estamos inmersos en difundirla, es necesario darle visibilidad. No solo tiene que ver con la lectura fácil de libros, sino de fomentar que los carteles sean más entendibles, para que estas personas sean capaces de interpretarles y les permitan llegar al destino», comenta Laura Rica, que puntualiza que han realizado tres vídeos en un año. 

Estos trabajos, que pretenden mostrar la labor en este ámbito en el medio rural, tienen un responsable, Guillermo Rodríguez, trabajador de Aspanias y artista musical. Él monta los vídeos y los enriquece con su propia música. «Tratamos de que el contenido sea entendible y el mensaje llegue a todas las personas. Me considero un artista solidario y me gusta que mi música aporte un valor social, que lo que intentas expresar como artista tenga un punto extra», afirma.