Óscar de Frutos, o el premio a la constancia sobre el terreno

J.A.D.C.
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El jugador arandino, actualmente enrolado en filas del CD Numancia, conseguía este pasado fin de semana en Los Pajaritos el ascenso a la Primera RFEF con la entidad soriana

De Frutos (i), durante la celebración del ascenso del equipo - Foto: O.D.

Como «un sueño». Así ha valorado para DB el defensa arandino enrolado en filas del CD Numancia, Óscar de Frutos, la experiencia vivida este pasado fin de semana en Los Pajaritos al superar por 2-0 al CD Ebro y certificar de forma matemática el ascenso del equipo a Primera División RFEF. Un hito histórico en la trayectoria futbolística del joven jugador ribereño, y que asume, ha sido «espectacular» porque «la verdad es que el año ha sido bastante complicado para nosotros».

No es para menos puesto que, como rememora, «en Navidad estábamos a ocho puntos del primer clasificado, que en esos momentos era el Formentera, y hace tan sólo un mes y medio, a seis del Español B». Un escenario difícil de gestionar dada la clara ambición del objetivo inicial soriano (ser primeros en liga y subir), pero que ha acabado por convertirse en realidad gracias al esprín definitivo logrado por el conjunto rojillo en el tramo final del campeonato con seis victorias consecutivas para superar así a todos sus rivales.

En ese sentido, asume De Frutos, la clave del éxito numantino, «ha sido la unión». Cimiento fundamental en el «gran grupo humano que ha habido este año», y que ha permitido actuar a los jugadores como «una familia» en los momentos más duros de la   temporada. «En mi caso además», señala sincero, esa unión y lazos entre compañeros «me ha permitido crecer como persona y como jugador sobre el césped», asegura. Todo, en una vivencia donde el arandino añade ha habido «titularidades, suplencias y no convocatorias», pero ante la que se queda con su experiencia vital. La de «unos compañeros que me han valorado día a día y en el trabajo que he realizado» y que le llenan porque, al final, eso le ha ayudado a devolver al Numancia al lugar que le corresponde. Y es que, como añade, «tras dos años de descensos, ver que Los Pajaritos estaba este fin de semana casi lleno y sentir la alegría que nos transmitió la afición, eso no tiene precio. Es un momento para no olvidar en la vida».

Como tampoco olvidará el ribereño haber compartido espacio y vestuario con el delantero asturiano Diego Cervero. Mito goleador que anunciaba en los pasados días que colgaba las botas definitivamente tras pedir matrimonio a su prometida en la celebración del equipo, y del cuál De Frutos relata «no tengo palabras». Porque «como jugador es un diez, pero como persona, verlo entrenar con la ilusión con que lo ha hecho, y lo que nos ha aportado al vestuario, eso no tiene cómo describirse».