Ávila y Segovia avanzan la desescalada y abren la hostelería

SPC
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La Junta comienza a relajar las restricciones, aplicará cierres perimetrales entre provincias con distinto nivel de alerta para impedir el trasvase de los contagios y mantiene el cierre de la Comunidad

Sillas de un bar amontonadas frente al acueducto de Segovia, una de las primeras provincias en reabrir la hostelería. - Foto: Rosa Blanco

La desescalada de la segunda ola de la covid-19 arrancará desde mañana, 27 de noviembre, en las provincias de Ávila y Segovia, donde podrá reabrir la hostelería, los centros comerciales y los gimnasios. La Junta de Castilla y León inicia así a plegar velas con las restricciones impuestas el 6 de noviembre en las dos provincias del sur de la Comunidad ante la tendencia descendente de la incidencia acumulada del coronavirus y los indicadores de ocupación hospitalaria. Sin embargo, tanto Ávila comoSegovia quedarán aisladas respecto al resto de provincias con la idea de preservar sus mejores datos epidemiológicos, con incidencias en el entorno de los 400 casos por 100.000 habitantes en dos semanas, y se procederá al cierre perimetral de ambas. El resto de provincias de la Comunidad tendrá que esperar a que cada semana la Junta detalle si alguna nueva zona cumple los requisitos para bajar de nivel de alarma y poder reabrir la hostelería, gimnasios y centros comerciales.
Así lo anunció ayer en la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno, el vicepresidente y portavoz del Ejecutivo, Francisco Igea. Por tanto, la hostelería de Ávila y Segovia podrá reabrir para el consumo en terrazas e interiores, pero con las barras cerradas y las limitaciones de aforo existentes antes del 6 de noviembre, es decir, con una restricción en el interior de los establecimientos del 75% en el caso de salas de hasta 40 comensales y el 50% en las de más de 40.
Igualmente, la Junta establece para las dos provincias, las únicas en las que los espacios comerciales podrán celebrar la jornada del ‘Black Friday’, un confinamiento perimetral, de forma que ninguna persona del resto de la Comunidad podrá desplazarse hasta Ávila o Segovia, si bien se permite la movilidad entre ambas, al mantenerse en el mismo nivel de alerta y de medidas restrictivas. Tampoco podrán acceder ciudadanos de Madrid o de otras autonomías al mantenerse el cierre de Castilla y León, así como el toque de queda.
Unidad de desescalada

Y es que, tal y como detalló Igea, en esta ocasión la desescalada, no sólo las medidas excepcionales sobre la hostelería y el comercio sino también las generales, se realizará por provincias, ya que van ligadas a los datos de los hospitales, y para evitar trasvases de incidencias de unas provincias a otras. También podría darse la situación, explicó Igea, de que se confinen perimetralmente municipios de cierto tamaño que presenten una situación muy diferente a la de su provincia, también con el fin de proteger a los ciudadanos, ya sea por ser un foco importante de contagios de la covid-19, como a la inversa. Esto, recalcó, dependerá de la situación epidemiológica que se observe en las próximas semanas.
Colaboración y esfuerzo

Por su parte, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, destacó en sus redes sociales, que «gracias al esfuerzo y la colaboración de todos podemos aliviar las restricciones», y permitir la apertura de los negocios de hostelería, centros comerciales y gimnasios en Ávila y Segovia desde mañana viernes?.

Criterios del semáforo

La Junta seguirá en esta desescalada los indicadores de riesgo y los niveles asociados –nueva normalidad, uno, dos, tres y cuatro– que figuran en el semáforo acordado en octubre. Por tanto, para bajar de nivel será necesario, según recordó, cumplir al menos dos parámetros de los referidos a la incidencia del virus y uno de los que tienen en cuenta la ocupación hospitalaria. De esta forma, el Ejecutivo de Castilla y León tiene planificado levantar las restricciones del 6 de noviembre cuando la incidencia acumulada a 14 días sea inferior a 400 casos por cada 100.000 habitantes de forma sostenida.

Tendencia descendente

El vicepresidente delGobierno autonómico explicó que la situación epidemiológica de la Comunidad presenta una tendencia descendente, así como la presión hospitalaria, que destacó deja este miércoles 102 pacientes menos, hasta 1.140 enfermos en planta y 226 en la UCI. Además, destacó la evolución especialmente positiva en los centros hospitalarios de Burgos y Valladolid, a lo que se une –dijo– un «descenso claro» de la incidencia acumulada. Este escenario, con una mejoría «clara», no está «exento de riesgo», según el portavoz, pero recalcó que permite tomar medidas de desescalada.

Decisión «sin presiones»

Francisco Igea admitió que se les presione en la toma de las decisiones para recuperar la actividad económica, pero aseguró que no se mueven por ellas ni tampoco les condicionan, sino que las medidas se adoptan por criterios racionales y por lo que dicen los expertos. «Ni nos mueven ni nos condicionan estas presiones, nosotros lo que tenemos que hacer es escucharlas, comprenderlas y ver si nuestra estrategia puede sufrir o no alguna variación», argumentó, convencido de que ellos tienen que tomar las decisiones con un criterio racional y el asesoramiento de los expertos.