Elena García

Tribuna sanitaria

Elena García


Sobre las especialidades

21/12/2022

Todos queremos que nos atienda el 'mejor', el más experto, el que más experiencia tiene y demuestra una trayectoria de eficacia. Vamos, el que más sabe del tema que nos afecta. Esto es en muchos ámbitos profesionales de la vida, y desde luego cobra especial importancia en el de las profesiones de la salud.  Pero lograr ese nivel de experto tiene su tiempo, su recorrido y su método, sobre todo de experiencia práctica supervisada. 

En el ámbito clínico, la formación como interno residente es la que está funcionando sobre todo para Medicina, y también para Enfermería, Farmacia, Psicología, aunque con muchas menos plazas. 

Tras licenciarse en Medicina y Cirugía, los médicos acceden mediante examen a las plazas MIR, aunque no todos los egresados ese año conseguirán continuar consecutivamente su formación especializada. Este hecho podría responder al problema de médicos que se está produciendo, y que no parece solucionarse entonces con más plazas Universitarias, si no van a poder acceder a más plazas de especialista, que es lo que les habilita para ejercer.

En el caso de los profesionales de Enfermería, esta especialización postgrado EIR no es obligatoria para ejercer, y solo la especialidad de matrona lo es, de momento. 

El RD 450/2005, establece las especialidades de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona), Salud Mental, Geriátrica, Enfermería del Trabajo, Familiar y Comunitaria, Pediátrica y Cuidados Me?dico-Quirúrgicos. Esta última es tan paradójicamente 'inespecífica' y amplia, que está sin desarrollar. De las otras, se ha ido aumentando progresivamente el número de plazas, aunque aún dista mucho de llegar a cubrir las necesidades asistenciales. ¿Por qué pasa esto? ¿Cuál es la razón por la que se ralentiza y entorpece tanto el desarrollo real?

Está claro que el concepto de enfermero generalista, 'enfermero para todo' o 'enfermero todoterreno', capaz de ir a cualquier servicio es incierto y contraproducente, y no favorece el desarrollo y evolución profesional. Hay que tender al trabajo experto.

Si es obvio que no se le va a pedir a un pediatra realizar una cesárea, o a un oftalmólogo tratar un infarto de miocardio… Entonces, ¿por qué este mismo principio no se aplica a la Enfermería? Al ejercer en un área en la que no se tiene experiencia y conocimientos específicos, se producen problemas relacionados con la complejidad del manejo de los pacientes, y factores relacionados con la enfermedad. Todo esto pone en riesgo la seguridad y supone un desgaste al profesional que lo afronta.

¿Por qué a las enfermeras se nos exige ser competentes en cualquier especialidad que engloba la sanidad? No es justo que un enfermero se exponga profesional y emocionalmente cada vez que se produce un cambio de contrato. Ni tampoco lo es para los pacientes que no van a ser atendidos por el profesional más experto, formado y capacitado porque un perverso sistema dificulta el acceso a puestos específicos y no desarrolla su justo reconocimiento laboral.