Se trata del documento en el que una persona manifiesta de forma anticipada su voluntad sobre los cuidados de salud o tratamientos que desea o no recibir cuando, por razones de enfermedad o discapacidad, ya no pueda expresarlo directamente. También permite incluir el destino de los órganos y del cuerpo e indicaciones sobre su forma de entender la vida, la enfermedad y la muerte, todo ello para que, llegado el momento, los profesionales sanitarios que se encarguen de prestarle atención y su familia sepan a qué atenerse y el proceso se desarrolle conforme a sus deseos. Es el denominado testamento vital, también conocido como instrucciones previas o voluntades anticipadas y se puede realizar en Castilla y León desde el 2008, cuando se puso en marcha un registro específico. Desde entonces hasta junio de este año lo han hecho 2.914 burgaleses pero hace ya más de un año que la lista de espera es tal que en la actualidad se tarda, como mínimo, seis meses no para conformarlo con un profesional de la Administración sino para conseguir una cita.

Así lo han denunciado a este periódico distintas personas, que han intentado obtener una cita y lo que han obtenido desde la Gerencia de Salud de Área, que es quien se encarga de realizar el proceso, es la información de que vuelvan a llamar a partir del mes de junio pero no para ser atendidos sino para recibir una cita. Fuentes de la Junta confirman este hecho y lo achacan a varios factores, sobre todo a la falta de personal, en concreto a «las vacantes de personal por jubilaciones, cuya cobertura permitirá volver a plazos de espera normales».

Hay otros dos factores que también han influido en este elevado incremento de la lista de espera, según explican desde la Administración:  la acumulación de solicitudes que no se pudieron atender durante la pandemia y el aumento de peticiones de revisión de las que ya están inscritas asociado a la Ley de Eutanasia, aprobada en junio del 2021, ya que esta norma permite pedir ayuda para morir de forma anticipada en el testamento vital, que no es un documento estático sino que puede ser cambiado, incluir nuevas instrucciones o, incluso, quedar sin efecto, siempre que se haga todo por escrito.

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