La floración de los más de 50.000 cerezos del Valle de Caderechas, uno de los espectáculos naturales más esperados de la provincia, estallará durante la segunda quincena de abril, y los fruticultores de la zona prevén que pueda alcanzar su máximo esplendor en Semana Santa. Después de tres campañas seguidas adelantándose, en esta ocasión «el año viene normal: con frío en invierno y lluvia en primavera», declara Juan José Gandía, presidente de la Asociación de Productores y Comerciantes.  

Las 30 heladas registradas durante las madrugadas de enero y febrero no han dañado los árboles ni tampoco han repercutido en la cosecha, y aunque todavía sea algo temprano para confirmar si vendrá repleta de fruta, los productores aseguran que los cerezos presentan un «estado fuerte» porque en el territorio no ha habido sequía. «En septiembre y octubre llovió bastante y ese agua de otoño fue absorbida, por lo que en principio la producción será buena, siempre y cuando el hielo tardío no haga de las suyas y aniquile la fruta», añade Gandía.  

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