Los trabajos de rehabilitación del puente romano de Cavia se reanudan con una nueva fase que se centrará en la reintegración y reposición de las piezas calizas y sillares del frente aguas arriba, muy deteriorado y en el que los efectos de la climatología y la vegetación han hecho estragos a lo largo de los siglos, provocando la desaparición de buena parte de esa estructura incluidos los tajamares, es decir, los contrafuertes que rompen la corriente del agua.

Ya se ha comenzado con los trabajos preliminares, es decir, la instalación del andamiaje, la realización de un tratamiento fungicida,  la limpieza de todo el paramento y la apertura y rejuntado del paño frontal. A partir de ahora queda pendiente llevar a cabo esa reintegración de las zonas deterioradas y en las que han desaparecido la sillería. También está previsto ejecutar alguna reintegración con mortero de restauración en zonas con falta de volumen y una carbonatación final de la piedra, tratamiento para protegerla.

La empresa Aibur, adjudicataria del proyecto, está a la espera de recibir la piedra caliza que se cortará y labrará in situ para ir restituyendo todas las piezas de los sillares que faltan del paramento y algunas dovelas de los arcos, así como rehabilitar las que están degradadas. Esta parte de aguas arriba es la más azotada por las corrientes y por tanto la más deteriorada, de ahí que prácticamente se tenga que intervenir en todo el paño de sillería, explican desde la empresa Aibur que también ha intervenido en el puente en la anterior fase, ya que el Ayuntamiento está adjudicando las obras en función de la disponibilidad económica, con un presupuesto que depende en su mayor porcentaje de la asignación que le corresponde de Planes Provinciales de la Diputación.

El deterioro de esta infraestructura, que cuenta con siete ojos, es tal que de hecho en esta parte del puente aguas arriba no existe ninguno de los tres tajamares que tenía en origen. Sin embargo, en esta actuación no está previsto reponerlos, actuación que quedarán pendiente para próximas anualidades. Esta fase que ahora se inicia rondará casi los 50.000 euros y tendrá una duración en torno a tres meses. 

La fase anterior culminada en septiembre de 2021 supuso un coste de 150.000 euros. En esta intervención que tuvo lugar el año pasado se actuó en todos los arcos y en la base del frente de aguas abajo para consolidar la estructura del puente que corría serio riesgo de hundirse; en este paño también se reintegraron las piedras faltantes y la restauración de las defectuosas, así como se centró el puente que se había ido desplazando.

Después de estos trabajos quedará pendiente la finalización de la calzada para poder volver a abrir el puente al tráfico. Desde que comenzaron los trabajos se instaló una pasarela metálica para facilitar el paso de los transeúntes, mientras que para los vehículos agrícolas y los automóviles el tráfico se desvió por la carretera de Cayuela. Hay que tener en cuenta que este puente es el paso natural para salir hacia las fincas de cultivo; este ha sido uno de los motivos que ha contribuido también al deterioro del mismo, al tener que soportar durante siglos el peso continuo de la maquinaria agrícola pesada. De hecho, según ha explicado la alcaldesa, Elena González, cuando las obras finalicen y se reabra al tráfico, el Ayuntamiento limitará el peso y la anchura de la maquinaria que lo atraviese.