La labor desarrollada ayer por los especialistas en siniestros con fuego de la Policía Científica, venidos desde Burgos y Valladolid, se centró en recabar todas las pruebas precisas en el interior de las naves calcinadas para concretar el lugar y las causas que propiciaron el incendio. Durante gran parte de la mañana y de la tarde, con algunos puntos del interior todavía humeantes, hicieron uso del material específico para obtener datos e indicios que ayuden a dar respuesta a todos los interrogantes que están en el aire.

De manera paralela, el equipo de la Policía Nacional en Aranda estuvo tomando declaración a cuantas personas podrían tener alguna relación relevante con las naves afectadas, así como a los testigos que pudieran aportar algún dato esclarecedor y las imágenes de las cámaras de seguridad que hay en esta zona industrial de Aranda de Duero. Con todo este material, sumado al atestado emitido por el Parque de Bomberos de la capital ribereña, se remitirá el informe a la autoridad judicial.

Según algunas suposiciones preliminares, se estima que el incendio se originó mucho antes de que se diese el primer aviso, que llegó a las 6:07 horas de las madrugada del viernes 19. Cuando los bomberos llegaron al lugar unos minutos después, la carga de fuego y humo era tal que sitúa el comienzo mucho antes, incluso a las dos o tres de la madrugada. Un dato que tendrán que contrastar los miembros de la Científica en su informe, junto con las apreciaciones de los bomberos.

Pendientes de la resolución de las muchas dudas que aún están en el aire siguen el dueño del taller mecánico, el propietario de la nave con material de construcción y la asociación Art de Troya, que tenía el almacén del material de Sonorama Ribera en la nave central de las tres que terminaron arrasadas por las llamas en pocas horas.