Monasterio cierra la mitad de sus bares desde diciembre

S.F.L.
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Tanto los dueños de distintos comercios, como alcaldes y ciudadanos de pueblos por donde pasa la N-I notan un bajón muy importante de clientes. Está previsto que el Hostal Juli de Calzada cierre en noviembre

El bar-restaurante Juani de Monasterio cerró poco después de que la autopista quedara libre de peaje. - Foto: S.F.L.

Dos de los cuatro negocios de hostelería que estaban abiertos en Monasterio de Rodilla al borde de la N-I a fecha 1 de diciembre han cerrado sus puertas. El motivo: la liberalización de la AP-1. Los malos presagios se han hecho realidad y la gran mayoría de los locales han vivido en primera persona la drástica disminución de su clientela, hasta tal punto que han tenido que bajar la verja o esperan a que pasen los meses de verano para hacerlo. 

Uno de los dueños del Hostal Hermanos Gutiérrez, ubicado en el área de servicio La Brújula (en Monasterio), confiesa que la carretera «no es la misma» desde diciembre del año pasado. Tienen suerte porque conservan usuarios fieles que les corresponden día a día y pueden seguir adelante con el negocio aunque «el bajón ha sido muy importante». Recuerda como el número de trabajadores de hace unos años, contando a los de la gasolinera, distintos restaurantes, hostales y el desguace, superaba los 120. En la actualidad no llega a los 30. 

Tanto los dueños de distintos locales en los pueblos por donde pasa la N-I, como sus alcaldes y ciudadanos, consideran que es fundamental la creación de nuevos accesos y salidas desde ésta para unirla, a través de la AP-1, a Burgos, Miranda y otras muchas poblaciones que se han visto afectadas por el cambio. En el caso de que se ejecute la propuesta que el PP presentó sobre la construcción de una salida en Monasterio, ayudará a crear puestos de trabajo y a que las poblaciones más afectadas puedan resurgir. «A los políticos se les llena la boca declarando que quieren fomentar el empleo en las zonas rurales. Aquí tienen una oportunidad de hacerlo. Esto traería de nuevo vida a nuestros pueblos», declara un hostelero burebano.

Aunque la esperanza es lo último que se pierde, el propietario del Hostal Juli de Calzada de Bureba ha tirado la toalla y ha tomado la dura decisión de cerrar. Desde que la autopista es gratuita no tiene apenas clientes y las pérdidas económicas son ya son inasumibles. La liberalización de la autopista  ha supuesto un trasvase de un alto número de vehículos que hasta hace siete meses circulaban por la carretera nacional, la única vía alternativa a la AP-1 (nueva autovía). 

El acto de levantar las barreras y eliminar el peaje supuso una alegría para los conductores frecuentes de la N-I, que en menos de un año han visto como el tráfico pesado, camiones y muchos turismos han dejado de transitar una carretera poco segura que se ha cobrado la vida de muchas personas. En lo que llevamos de 2019 no ha habido ningún fallecido por accidente, algo que no ocurría desde hace décadas. «Entiendo que para las personas que regentan un comercio o un alojamiento en la N-I ha sido una faena, pero para los que estamos todo el día de la carretera ha sido una bendición», afirma un transportista. Lo que sí ha quedado claro es que nunca llueve a gusto de todos.

«Me compran muchos clientes extranjeros» 

A pesar del daño que está causando la eliminación del peaje en la autopista a la mayoría de los negocios por donde transcurre la N-I, la farmacia de Monasterio de Rodilla mantiene el volumen de sus ventas y conserva a los clientes que tenía antes de que la autopista se liberalizara.

La boticaria es consciente de que el flujo de circulación ya no es el que era pero que a pesar de ello, «no ha notado» ningún bajón en el negocio. Mientras que sus ventas siguen ‘viento en popa’, ha presenciado como empresarios del mismo pueblo han tenido que dejarlo todo y buscarse la vida fuera. 

Tiene un número alto de clientes extranjeros que se conocen el local y cada vez que pasan por sus inmediaciones paran. Los medicamentos son muy caros en otros países, por ejemplo en Portugal, y «muchos de los turistas que transcurren por aquí son ciudadanos lusos», manifiesta la joven. 

El camping Picón del Conde situado en el mismo municipio, mantiene a los visitantes atraídos por unas instalaciones acuáticas muy apreciadas dentro de la comarca. Muchas de las personas que se acercan a diario a las piscinas proceden de Burgos. Otro de los municipios por donde la nacional pasa es Cubo de Bureba. Según su alcalde, Roberto Cabezón, han notado algo el bajón de la circulación pero no en exceso. De hecho, es el único pueblo que a corto plazo se plantea la apertura de nuevos establecimientos. En pocos días se inaugurará un bar y después de verano se abrirá una nueva fábrica de embutidos y una tienda de ultramarinos. 

El primer edil afirma que la localidad pasó un mal momento cuando quitaron las tres entradas que había desde la N-I. «Los políticos siempre hacen las cosas a medias y a la vez que se liberaba la AP-1, tenían que haber ejecutado un proyecto válido y haber construido las entradas y salidas necesarias», expone.