Arranca en el HUBU la unidad de prevención del suicidio

A. G.
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Contará con un psiquiatra, un psicólogo y una enfermera de Salud Mental tres días a tiempo completo, se coordinará con Primaria y atenderá antes de 72 horas a quien haya presentado alguna ideación o intento autolítico

Tres de los miembros del Grupo de Apoyo a la Prevención del Suicidio: Juan Francisco Lorenzo, médico y superviviente, con Angélica del Torno, enfermera, y Jesús Sánchez, psicólogo, ambos del servicio de Psiquiatría del HUBU. - Foto: Valdivielso

El tabú va siéndolo cada vez menos. De unos años a esta parte, el suicidio, casi el último de los asuntos sobre los que jamás ha existido un debate público, está más presente que nunca, hasta el punto de que ya se empiezan a implementar políticas públicas para intentar reducir el número de muertes autoinflingidas, un hecho que es considerado un problema de salud pública de enorme magnitud. En la provincia de Burgos ningún año bajan de las treinta y hay ejercicios  que superan este número, como en 2021, que se llegó a las 36, es decir, 36 personas decidieron acabar con su vida y lo consiguieron. Pero hay muchas otras que lo intentan: en alguna ocasión el Hospital Universitario ha dado la cifra de que se atienden no menos de doscientos intentos autolíticos anualmente.

Ahora se ha dado un paso más. El jefe del servicio de Psiquiatría del HUBU, Juan Antonio García Mellado, confirmó que este mes de octubre comenzará su actividad la unidad funcional de prevención de conductas suicidas, cuya preparación avanzó en una entrevista con este periódico el pasado mes de febrero. Contará con un psiquiatra, un psicólogo y una enfermera de Salud Mental a tiempo completo tres días a la semana y atenderá antes de 72 horas a aquella persona que haya planteado una ideación o un intento autolítico. García Mellado también adelantó entonces que  había puesto en marcha los contactos necesarios para desarrollar una aplicación de móvil con el mismo fin, parecida a la que su equipo implementó en Zamora, donde trabajaba antes de ser nombrado jefe en Burgos, y por la que recibieron un premio a la innovación. Además, Psiquiatría va a intensificar los contactos con otros servicios del hospital y, sobre todo, con Atención Primaria para que se agilice la atención a las personas con intentos suicidas. 

Todo este trabajo  llega en un contexto en el que en la ciudad de Burgos ya lleva tiempo poniéndole nombre a los que hasta ahora parece que no existía. Fue la Asociación de Salud Mental (ASAM) quien en 2017 creó el primer grupo de apoyo para personas con tendencias suicidas y supervivientes (se llama así a los familiares o amigos de gente que se ha quitado la vida) y un poco más tarde, en  2019, un grupo de esos supervivientes crearon también un espacio informal para hablar, que contó con el apoyo de la Gerencia de Atención Primaria, que desde entonces les presta un espacio para reunirse y que cada vez tiene más demanda.

El siguiente paso, ya después de lo peor de la pandemia, fue la creación, a instancias del Ayuntamiento y la Universidad de Burgos del denominado Grupo de Apoyo a la Prevención del Suicidio (conocido como Apresuic Burgos), que está formado por personas voluntarias de todos los ámbitos y uno de cuyos principales objetivos es darle visibilidad. El psicólogo Jesús Sánchez -con amplia experiencia en este asunto; de hecho, ha participado en la elaboración del documento Estrategia de Prevención de la Conducta Suicida en Castilla y León, que fue presentado por el Gobierno regional en diciembre del año pasado- siempre insiste en que las cifras de suicidios «se pueden y se deben reducir» y sostiene que lo primero que hay que hacer para eso visibilizar el problema: «Para conseguirlo hay que ponerlo sobre la mesa y facilitar más puertas a las que las personas puedan llamar cuando sienten que lo necesitan por sus ideas suicidas».

Peticiones de ayuda. Sánchez forma parte de Apresuic junto a otros profesionales sanitarios como la enfermera de Psiquiatría Angélica del Torno, y Juan Francisco Lorenzo, que aunque es médico internista está en calidad de superviviente que, además, ha reflexionado profundamente sobre esta condición. Además participan otros profesionales del ámbito educativo tanto de la universidad como de la Dirección Provincial de Educación y de la seguridad, como Policía Local, en concreto, miembros de su Unidad de Diversidad.

Desde que se pusiera en marcha este grupo les han llegado peticiones de ayuda: «Hemos recibido ya correos electrónicos, uno de los últimos era de mujer que no sabía cómo ayudar a una amiga que se intentó suicidar y, claro, nos pusimos en marcha para ayudarla, pero lo que es necesario es que haya una estructura para gestionar estos casos, que es lo que el servicio de Psiquiatría ha hecho abriendo la unidad funcional», explica Jesús Sánchez. Lorenzo insiste en que quien intenta suicidarse «no quiere morirse sino dejar de sufrir» y el psicólogo, que ese sufrimiento se puede «compartir y hablar». 

¿Una terapia puede reducir los planes autolíticos? «Una terapia, una charla con un amigo, compartir cómo me siento, decir que me quiero matar... esto acerca la solución. El suicidio tiene que ver con el silencio, con la no información a quienes rodean a la persona»,  indica Sánchez. Por eso -añade Lorenzo-  «hay que preguntar directamente a la persona si se ha querido suicidar porque así dejas la puerta abierta a que hable sin miedo. Hablar salva vidas y el gran objetivo es visibilizar». Para eso es necesario superar los prejuicios que existen, incluso entre los sanitarios, según apunta Jesús Sánchez. Y si la respuesta a esa pregunta tan directa es sí lo que tiene que hacer el entorno es acompañar, que la persona no se sienta sola.

Otro síntoma de que el tabú se va diluyendo es que este grupo tiene cada vez más demanda de participación en distintos entornos. Así, han recibido peticiones para hablar del suicidio en colegios y centros cívicos para profesionales como bomberos o policías: «La respuesta está siendo impresionante, tenemos siempre las salas llenas, lo que demuestra que existe un gran interés», indicó la enfermera Angélica del Torno.