Los autónomos temen julio y urgen más ayudas

G. ARCE
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Son mayoría en los sectores más castigados por la pandemia (hostelería, comercio e industria) y claves para una rápida recuperación. Su primera y gran preocupación: sostener sus plantillas con ingresos mínimos

Benigno Arnaiz Hortigüela, dueño de La Taberna de Beni. - Foto: Patricia González

Dos de cada diez cotizantes a la Seguridad Social en Burgos son autónomos y los ocho restantes dependen, mayoritariamente, de un autónomo. El 90% de las empresas que hay operativas en la provincia son obra suya y, por lo tanto, el presente y el futuro de la economía burgalesa, su respuesta a un desafío tan extraordinario como el planteado por la crisis del coronavirus, está en manos de estos emprendedores por cuenta propia. En abril sumaron 27.126 cotizantes, 500 menos que hace un año y todos temen que su número vaya paulatinamente descendiendo en la medida en que la crisis se manifieste con toda su crudeza a lo largo de los próximos meses.

Los autónomos están siendo los más castigados por la situación de alarma nacional, pero su respuesta y resistencia a la misma ha sido muy diferente dependiendo de su actividad. Todos los que operan en el ámbito de la hostelería, el comercio y la cultura -6.680 en datos de abril- han conocido un parón sin precedentes, todo lo contrario de ese amplio abanico de profesionales que trabajan en gestorías, seguros, agricultura y ganadería y otros servicios esenciales como el comercio de alimentación o el transporte vinculado al abastecimiento básico.

Entre medias, hay un gran grupo de profesionales (dentistas, fisioterapeutas, peluqueros, monitores deportivos, etc.) que han recuperado la actividad en los últimos días, aunque han tenido que readaptarse de la noche a la mañana para responder a los retos de la seguridad sanitaria y volver a ganarse la confianza del cliente.

(Más información y testimonios, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)