La siembra de trigo se reduce un 20% en la Bureba

S.F.L.
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Una campaña llena de incertidumbres obliga a los agricultores a sustituir parte del cultivo de cereal por otros más económicos, como el girasol o la avena. La sequía merma un 40% la plantación de colza

La siembra de trigo se reduce un 20% en la Bureba - Foto: DB.

La siembra de trigo en el campo burebano se ha visto «reducida en torno al 20%» respecto a anteriores anualidades por la incertidumbre generada en el sector tras la subida generalizada de los costes de producción, sobre todo por el alto precio de los combustibles y de los fertilizantes. A ello hay que añadir «los cambios en la aplicación de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC)», explica Luis Alonso, técnico de la cooperativa Bureba-Ebro de Briviesca. 

Pese a que los agricultores han podido plantar la superficie prevista de este cereal -teniendo en cuenta las condiciones actuales- gracias sobre todo al agua caída a mediados del mes de noviembre, se han decantado por labrar cultivos alternativos como el girasol, la avena o la cebada, porque generan un gasto inferior. Para cubrir los actuales costes de producción, deberían incrementar la cantidad de kilos de cosecha por hectárea, pero en el caso de que las condiciones meteorológicas afectaran a los cultivos, los trabajadores perderían cantidades elevadas de dinero. 

La lluvia de las últimas semanas no ha impedido que la comarca cumpla con su calendario de siembras y el agua acumulada no ha obstaculizado la labor, es más, «se ajusta a las necesidades que tiene el campo. Por ahora resulta beneficioso, lo malo es que no deje de caer agua durante un mes seguido, entonces vendrían los problemas», aclara el experto. 

Las condiciones meteorológicas han retrasado en la campaña actual la siembra en numerosas zonas de España, incluida la Bureba, porque la escasez de precipitaciones no acondicionó la tierra para tal fin. En los suelos faltaba tempero -la humedad suficiente para sembrar el cereal en buenas condiciones- y las primeras se realizaron en seco en lugares en los que había caído agua, pero insuficiente por las altas temperaturas registradas durante la entrada del otoño. En cuanto llegaron las primeras gotas cantidad de labradores se lanzaron a esparcir el grano que esperan poder cosechar el próximo verano. Pero en todo caso, el inicio ha ido con algo retraso respecto a las fechas en que viene siendo habitual realizar estas labores en el territorio.

Asimismo, la plantación de la cebada también se ha visto entorpecida con la lluvia aunque Alonso asegura que «no hay tanta prisa porque nos encontramos dentro de la fecha aparente para llevarla a cabo».

La colza ha ganando terreno con el paso de los años en la comarca burebana, donde un buen número de agricultores dieron una oportunidad a un cultivo que se presenta como una buena alternativa al cereal. Sin embargo, la carencia de agua en septiembre y octubre «han mermado casi el 40% de la siembra. La mayoría del cultivo no había nacido antes de que llegaran las borrascas, a diferencia del territorio que va de Briviesca a Burgos y la zona que pega con Belorado, que allí están buenas», aclara el técnico. «En el resto, la campaña de colza vendrá baja. Su viabilidad es la gran incógnita de este año, puesto que la planta necesita tiempo para desarrollarse antes de que llegue el frío intenso», añade.

Temperaturas suaves. Desde que los agricultores comenzaran a sembrar las semillas de cereal y colza las temperaturas se han mantenido estables y únicamente se han registrado cinco o seis heladas que no han afectado a los cultivos. No obstante, según la información que aporta Luis Alonso, es «favorable que haga un clima suave para que crezca el trigo y se mantenga la colza, aunque después el frío viene bien para todo», sentencia.