Los médicos de Urgencias del HUBU registraron ayer un escrito en el que le exigen a la dirección médica del complejo «cuantas medidas y decisiones sean necesarias» para frenar la pérdida de facultativos que arrastran desde antes de la pandemia, pero que la crisis por la covid-19 ha agudizado tanto como para llevar al servicio al riesgo del colapso. Los urgenciólogos afirman en el texto que se sienten «desbordados», con un volumen de consultas previo al de la crisis sanitaria (más de 400 el lunes), pero con menos profesionales de los que tenían entonces. Ahora hay nueve plazas sin cubrir y se sabe que en el corto plazo habrá nuevas bajas. Ya esto añaden casi tres meses sin coordinador, dado que quien asumía esa función desde 2013, Francisco Callado, dimitió el 22 de julio.

Esa escasez de médicos ha generado una sobrecarga continuada, obliga a hacer más guardias y a trabajar de un modo y a un ritmo con los que los profesionales discrepan. «No podemos hacernos responsables del aumento en los tiempos de espera que van a sufrir nuestros pacientes ni del consecuente detrimento de la calidad asistencial que podemos ofrecer, así como de las consecuencias que de ello se deriven», afirman en el texto, que han consensuado y firmado todos los urgenciólogos en plantilla para pedir a la dirección del HUBU que adopte medidas ya para frenar una pérdida de profesionales de la que llevan meses advirtiendo -fue una de las razones que pesaron en la dimisión del exjefe- y que atribuyen a la dinámica en la que ha entrado el servicio. «Huyen de las precarias condiciones laborales a las que nos vemos sometidos», dicen los facultativos, matizando que confían en que las propuestas que esperan de la dirección «respeten las jornadas y derechos laborales».

(Más información sobre este tema y sobre los retrasos en la atención a las citas con especialistas, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)