«La economía de Miranda se ha salvado antes de lo previsto»

Ó.C.-A.B.-J.O.
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ENTREVISTA | El presidente de la Cámara de Comercio de Miranda de Ebro analiza el momento actual que afronta la entidad, el vivero de empresas, las perspectivas de empleo en la ciudad y la economía, en términos generales y para la comarca

Fernando Escobillas, presidente de la Cámara de Comercio de Miranda. - Foto: Valdivielso

Fernando Escobillas, propietario de la empresa Doherco y presidente de la Cámara de Comercio de Miranda, centra su atención en la recuperación económica de la ciudad y, también, del país en su conjunto. Escobillas valora positivamente los esfuerzos de la Junta de Castilla y León para facilitar la creación de riqueza en la comarca. Además, tiene en cuenta la importancia de que los propios ciudadanos hayan sido «disciplinados», pues, gracias a esta actitud «poco a poco se notará la mejoría», sostiene.  El empresario considera clave la aparición de nuevos proyectos en el entorno mirandés, sin embargo, lamenta al mismo tiempo las condiciones a las que deben atenerse los trabajadores en la actualidad. «Se viene de un entorno industrial, entonces, es difícil comparar el contexto anterior con la situación -y sueldos- de ahora», dice.

Tras pasar por momentos tan duros en 2008, el coronavirus supuso otra piedra en el camino. ¿Cómo se ha afrontado la actual crisis económica?
Yo diría que la balsa está a rebosar y una gota más se nota. En aquel entonces lo pasamos muy mal, pero ahora también, porque además tenemos problemas para encontrar gente formada para trabajar. 

¿Cuál ha sido el impacto que ha tenido este contexto económico para la Cámara de Comercio ?
La Cámara ha pasado un mal momento, como todo el mundo, sobre todo desde que se quitó la cuota cameral. Posteriormente se creó el Club Cámara y con ello parece que se está solucionando, es una forma de continuar. Cuando estaba la cuota cameral, el dinero que aportaban a la Cámara era deducible, después dejó de serlo. Por suerte, ahora el Club Cámara empieza a ser deducible de la cuota de beneficios.

¿Qué medidas han permitido a la Cámara sobreponerse a la nueva situación provocada por la pandemia?
Ha habido cosas muy importantes. Entre ellas, por desgracia, las Cámaras han perdido más de 1.600 trabajadores. El 80% de estos eran técnicos, para los que se había invertido mucho dinero en formación. Nosotros, por ejemplo, teníamos una plantilla de siete personas, descendimos hasta una sola y, en este momento, tenemos dos.

La Junta de Castilla y León prevé dotar de más recursos a las Cámaras. ¿Cómo se valora esta iniciativa?
Somos la primera comunidad de España que ha conseguido que el gobierno regional aumente la inversión en este tipo de entidades. Los primeros de España. Gracias a ese dinero, podremos afrontar gastos fijos como iluminación o parte de los salarios. Eso sí, lo que recibe el sector privado supone el uno por mil de lo que aporta. Por ello, agradecemos la aportación, pero somos conscientes de lo que supone en realidad.

¿La situación geográfica de Miranda afecta al funcionamiento de la Cámara?
La nuestra es una Cámara con unas características particulares, es comarcal. El 80% de la facturación proviene de empresas que radican en Álava y nosotros les damos el servicio, aunque no aporten a la Cámara. 

Pese a todo, se sigue ayudando al tejido empresarial desde la Cámara, por ejemplo, con el vivero.
El concepto del vivero no lo tiene una empresa que busca el beneficio. Trabajamos en ello para dar un servicio, con mucho esfuerzo y sin un beneficio directo para nosotros.

¿En qué situación se encuentra en estos tiempos el vivero?
Ahora mismo está muy bien. Nos alegramos muchísimo si alguien prospera y abandona el vivero, o si deciden emprender de alguna otra manera. Nos parece fantástico. Hay una rotación constante, pero la situación es muy buena. De hecho, tan solo disponemos de una nave libre... Y tiene novio.

¿A través de qué otros servicios la Cámara apoya a estos nuevos empresarios?
Cualquier emprendedor sabe que con nosotros tiene un asesoramiento completo. Le ayudamos con el plan de negocio, con todo, después debe ir paso a paso. 

¿Cuáles son las necesidades de los emprendedores que faltan por cubrir en Miranda?
En ocasiones hay quienes intentan ayudar y se equivocan en la forma de hacerlo. No hay que dar pan, hay que dar trigo. En cualquier sitio del mundo se debe facilitar el trabajo a quien crea una empresa. 

¿Se han cumplido las previsiones que tenían antes de la covid, en cuanto a prestación de servicios y funcionamiento diario?
Realizamos los mismos servicios, aunque ingresamos menos. Los resultados para las empresas ya no son los de antes, pero la Cámara está ahí siempre y nos lo agradecen.

Ahora que parece mejorar la situación sanitaria, ¿cómo es la situación de Miranda?
Afortunadamente, gracias a todos, se ha salvado en menos tiempo de lo que parecía. Y digo gracias a todos, desde el sanitario hasta el enfermo. Hemos sido disciplinados, con lo que poco a poco se notará la mejoría. 

¿Nota cierta reactivación económica ya?
Cuesta mucho levantarse de nuevo. Sigue habiendo mucho paro, unos cuatro millones en todo España. Eso no lo podemos olvidar, sin embargo, sectores como la hostelería y el turismo están creciendo y lo harán en mayor medida el próximo año. 

A nivel empresarial, existen ejemplos, como Aciturri, que han sabido reinventarse. ¿Cómo se percibe desde la Cámara ese esfuerzo?
Lo están haciendo muy bien, pero debo ser realista. Creo que al menos tardarán cinco años en notar los resultados de su trabajo y en recibir beneficios propiamente dichos. No cabe duda de que ese sector va a subir, pero lentamente, porque además cada vez hay menos aviones en el aire. Pese a todo, están buscando otros recursos, otras líneas de producción, están innovando y buscando soluciones. Se encuentran en primera línea y eso genera ilusión.

En un momento diferente parece estar Montefibre, una empresa icónica de la ciudad. ¿Desde la Cámara se puede ayudar a esta entidad?
No estoy de acuerdo en cómo se está gestionando. Nadie estaba dispuesto a invertir en Montefibre y la dirección que ha tomado no creo que funcione. No solo lo pienso yo, muchas personas que conocen la empresa concuerdan conmigo.

Seur aterrizará en Ircio el mes que viene. ¿Es un símbolo de la recuperación la llegada de una gran empresa?
Se trata de un crecimiento relativo. Cuando mueves una empresa de sitio, no creas una nueva empresa, es la misma. Se van a generar algunos puestos de trabajo y eso es fantástico, siempre es bueno crear empleo. Pese a esto, no nos tenemos que engañar, el aumento no es tan grande como si se hubiera creado una nueva empresa por completo.

El centro logístico de Aldi también se situará en Ircio. ¿Qué importancia tendrá para la economía mirandesa y su reactivación?
Sin las facilidades de la Junta de Castilla y León hubiera sido muy complicado que ALDI se instalase aquí. Entregar el terreno o dar créditos sin coste añadido son iniciativas que permiten ampliar el tejido empresarial de Miranda. Y bienvenido sea, la ciudad necesita más empleo para que mejore su economía. 

El ejemplo de Aldi demuestra que la ciudad está mirando al sector logístico para crecer. ¿De qué forma valora esta apuesta?
Se debe contar con una base e inicialmente no la había. Miranda Logística no tenía gasolina para arrancar y un coche la necesita desde el primer momento. Lo que se puede destacar es que se ha tenido mucha voluntad y, también, visión, pues Miranda es un buen punto de distribución. Tenemos la planta de Día, la de Sabeco, la futura de ALDI. Esto hace que la ciudad sea más competitiva, aunque no debe perderse de vista que estamos situados cerca de otros núcleos muy fuertes. Es muy complicado restar trabajo a ciudades como Bilbao, que están muy cerca, y no necesitarán distribuir desde aquí.

¿Qué opina del tipo de puestos de trabajo que se crearán?
En las nuevas empresas que se van fundando en Miranda, durante los últimos años, los sueldos no son demasiado altos. Las condiciones deben mejorar, pero estos negocios que surgen tienen un perfil determinado. Se viene de un entorno industrial, entonces, es difícil comparar el contexto anterior con la situación de ahora. Montefibre o la central nuclear tenían un personal muy cualificado, que recibía unos salarios buenos. Hoy no se puede competir con ese nivel de sueldos, porque no vale lo mismo la productividad de un herrero que la de un especialista de Aciturri, por mencionar un caso.

¿Las empresas pueden soportar la subida de los salarios?
Ese no es el problema. Desde los sindicatos se está luchando por mejoras muy limitadas. Subir el salario 15 euros, de los que 9 van para el Estado, no es suficiente. Lo que debería ocurrir es que se cotizaran a la seguridad social, en lugar de 600 euros por un trabajador, 400. El inconveniente añadido se resume en que sin esas cotizaciones no se puede afrontar el gasto público, entre otras cosas, la sanidad. Y aún así, los médicos no están bien retribuidos.

¿Los trabajadores de Miranda volverán a disponer de los salarios que se percibían antaño?
Antes tenía más químicos Miranda que toda la provincia de Burgos. Se cargaron a Rottneros, se terminó con todo aquello que funcionaba. Una multinacional tiene la capacidad de decidir que monta su planta en Francia o en cualquier otro lugar, si así reduce el coste. Por eso mismo se han perdido perfiles profesionales de un grado más elevado, con un nivel de vida más alto. 

Tal vez, la pérdida de industria ha sido algo generalizado en el país, en España en su conjunto.
Primero empieza por tu casa. Después podrás plantearte cómo solucionar el resto, pero primero debes mirar tu propio entorno.

Para que la ciudad se recupere, deben llegar nuevos proyectos y cuidar a los que están. ¿Se ha mejorado en este sentido? 
Yo tengo unos conceptos un poco distintos a otras empresas. Resulta muy complicado vivir únicamente de Miranda, porque aún siendo un pueblo grandísimo y tener título de ciudad, funcionamos en muchas ocasiones como un pueblo. A mí me duele mucho, como empresa, ir a Sevilla y encontrarme 300 botes de Doherco, pero, después vuelvo a Miranda y veo que la administración no tiene en cuenta a mi empresa como proveedor directo. A este ritmo, el fabricante de pan terminará comprando la harina en la tienda de ultramarinos, no en la fábrica. La mentalidad debe evolucionar, porque se percibe a veces cierto abandono y retomar la buena dinámica es imposible si no se trabaja en la misma dirección.

Aún con todo, Doherco nunca se ha quejado de la situación.
Nosotros somos una empresa que busca conservar, pero no estancarnos. Nuestra aspiración siempre es mayor. Tengo la satisfacción de saber que da igual al país que vaya, podré encontrar algo que proviene de Doherco.