Se esfuman las reservas en la hostelería ribereña

I.M.L.
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Los alcaldes ribereños acusan a la Junta de "poco acierto" al confinar Aranda

Los hoteles de la capital ribereña debían estar llenos estos días. - Foto: Christian Castrillo

Desde que comenzasen a registrase nuevos casos de contagio por covid en la capital ribereña, los teléfonos de los establecimientos hosteleros y casas rurales suenan poco, y las pocas veces que suenan es para comunicar alguna cancelación de reservas realizadas previamente, que también se están gestionando vía on line.

Una situación que precipitaba más si cabe la decisión de la Junta de Castilla y León de confinar Aranda y que está dando al traste con las esperanzas de salvar parte del verano este mes de agosto. "Habíamos remontado algo durante el mes de julio, pero desde el pasado domingo solo llaman para cancelar reservas, incluso algunas que estaban hechas para finales de agosto", reconoce Ana Belén Velasco, secretaria de la Asociación de Casas Rurales de la Ribera del Duero Burgalesa (Acriduero), y es que el goteo de cancelaciones no solo afecta a la capital comarcal sino que se extiende a todo el entorno.

En la semana en la que desde hace dos décadas se celebra Sonorama y a las puertas del puente anual de visita masiva a la familia y celebración de la Virgen de agosto, el sector hostelero arandino encuentra sus agendas de reservas como un desierto con algún mínimo y aislado oasis. "Tenemos el 95% vacío, solo tenemos algún cliente por motivos de trabajo y los días de diario, porque este fin de semana, y ya a miércoles, no tenemos nada reservado", ejemplifican desde una de la recepción de uno de los hoteles más señeros de la ciudad, reflejo del nivel de ocupación del resto de la oferta arandina.

Tras las masivas cancelaciones por el aplazamiento del genuino Sonorama Ribera, cuyos 25.000 asistentes diarios copan la oferta de alojamientos en varios kilómetros a la redonda con un año de antelación, se habían realizado algunas reservas turísticas para julio y agosto, pero el segundo confinamiento de Aranda se ha traducido en "muchas cancelaciones".

La situación en el ámbito de las casas rurales del entorno ribereño es también preocupante. "El lunes hicimos una encuesta entre nuestros asociados y todos están registrando cancelaciones, en torno a una media del 20%", reconoce Ana Belén Velasco. El estado de confinamiento en el que está inmersa esta semana Aranda -pendiente de la decisión judicial de si se amplía una semana más- está repercutiendo en los diferentes negocios de la comarca, haciendo que los potenciales turistas busquen otras alternativas para pasar sus momentos de ocio. "La gente tiene miedo por lo que pueda pasar, que estando aquí les confinen, aunque les decimos que les devolvemos el dinero de los días que no puedan disfrutar, pero es que ni siquiera llaman para informarse, directamente nos descartan de inicio y se van a otros sitios", lamenta la secretaria de Acriduero ante la experiencia que están teniendo esta semana.

Quejas comarcales. Este efecto negativo de las medidas adoptadas por la Junta para frenar el contagio en Aranda se hacía evidente en la comarca desde su inicio el pasado viernes y ha llevado a varios alcaldes de la zona a sumarse al escrito reivindicativo emitido desde el Ayuntamiento de Castillo de la Vega, en el que su alcalde, Juan José Gutiérrez, critica el "poco acierto al dictar medidas de confinamiento" "porque al no estar bien definidas problematiza los servicios básicos de área".

Partiendo de la imposibilidad de los habitantes de los pueblos de proveerse de alimentos por falta de tiendas en sus localidades, que no se dio ni en el estado de alarma cuando sí se permitía acudir a Aranda a comprar, resalta la queja que "la medida obliga a los convecinos de las áreas rurales a tener que desplazarse a más de 30 km", con el agravante de que "al llegar a comprar, se encuentran sin género por no ser aquellos lugares proveedores en tanta cantidad y afluencia de personal". La carta ponen en valor los comportamientos "respetuosos, colaboradores con la normativa y sensatos en sumo grado" de los ribereños y destacan que "estas medidas aíslan y desprotegen aún más a nuestros mayores" ante la imposibilidad de muchos de poder desplazarse a otros pueblos.

En el escrito de queja, que se remitía ayer a Presidencia de la Junta, se preguntan si "los responsables de la comunidad de Castilla y León se han percatado de que lo único que se consigue con esta movilidad incontrolada, pero forzosa, es ir sembrando por la comarca los contagios involuntarios, pero no carentes de riesgo, de la pandemia" al obligar a los ribereños a desplazarse para cubrir sus necesidades básicas y piden que "a la mayor brevedad posible se tomen las medidas adecuadas y nos envíen otras alternativas coherentes con la solución de nuestras quejas".