Los hosteleros abogan por pedir fianza en la reserva de mesa

B.G.R.
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El Palacio de los Blasones solicita un depósito de 30 euros en fechas puntuales. Los que no realizan esta práctica creen que deberían hacerlo para evitar peticiones que no se cumplen

La temporada de cenas y comidas navideñas está a punto de comenzar. - Foto: Luis López Araico

Los hosteleros llevan tiempo apuntando reservas en sus agendas para las cenas y comidas de Navidad. En la mayoría de los casos se trata de grupos (amigos, familia o compañeros de trabajo), y ya hay empresarios que deciden pedir un depósito para evitar imprevistos (y pérdidas) que hagan que una mesa con no pocos comensales se quede vacía en temporada alta. Otros, sin embargo, aún no han decidido pedir fianza, si bien reconocen que sería conveniente y que terminará siendo una práctica generalizada.

La cadena Rice, en sus restaurantes del Palacio de los Blasones, Reyes Católicos o Puerta Real, no es el primer año que solicita una señal para este tipo de eventos, al igual que otros establecimientos como La Fábrica o Doña Margarita. El responsable del grupo hotelero, Ricardo Garilleti, precisa que solo se realiza en «fechas señaladas», como Nochevieja o Año Nuevo (30 euros en este último caso). «Hemos tenido casos de reservas grandes que, después de haber dicho que no a mucha gente porque estábamos al completo, las anulan a última hora, cuando ya no hay posibilidad de que vuelvan a cogerse», explica, si bien la medida se efectúa con particulares, salvando aquellas «empresas que son clientes habituales y no hace falta».

Garilleti asegura que estas malas experiencias suponen una «doble pérdida» económica para la empresa, ya que al hecho de haberse quedado sin esa ocupación se une el de la compra de género hecha previamente. Además, precisa que se han dado casos de que ni siquiera se anula con antelación, sino que simplemente no aparecen.

Los comensales, según explica, no ponen reparos a la hora de dejar un depósito por anticipado, que después se descuenta del precio final y a que «a nosotros nos da tranquilidad». En este sentido, afirma que en otras ciudades como Madrid y Barcelona esta práctica es habitual, al igual que ocurre con otro tipo de celebraciones como son las comuniones o las bodas.

A la política que al respecto se lleva en grandes urbes, donde se pide la tarjeta de crédito cuando el grupo supera las 10 personas, se refiere Alicia García, de La Favorita. «En Burgos siempre vamos un poco por detrás, pero es algo que deberíamos hacer», subraya, poniendo el foco en que las malas experiencias siempre se dan además en Navidad. En su caso, no solicitan ningún tipo de fianza, algo que asegura se debe a que en muchas ocasiones se trata de clientes habituales o empresas que llevan yendo a su restaurante desde que abrió.

De anulaciones a última hora o sin avisar, nadie se escapa, tal y como reconoce el presidente de la Federación de Hosteleros, Enrique Mata. «Hay veces que varias personas cogen mesa en distintos lugares y luego no anulan la que descartan», comenta, al tiempo que reconoce que hay establecimientos que sí que piden fianza en Navidad a los grupos numerosos, aunque en carta y cuando el número es inferior no se trata de una práctica «extendida ni habitual».

José Luis López, del Mesón del Cid, tampoco solicita un depósito, ya que al igual que en La Favorita sus clientes suelen habituales y «no se te pasa por la imaginación que no vengan». No obstante, se muestra partidario de esta práctica, que cree que «debería normalizarse» como cuando un hotel pide el número de la tarjeta a la hora de coger una habitación: «Estamos cometiendo el error de no solicitar un depósito, pero acabaremos haciéndolo de manera generalizada».