Un operativo contra el tráfico de droga que realizaron ayer de manera conjunta la Unidad de Estupefacientes de la Policía Nacional y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil en Burgos capital y en otras localidades del alfoz se saldó con un total de cinco detenidos. Los investigadores practicaron un total de siete registros domiciliarios, cinco en la ciudad, algunos en barrios como Gamonal o Vadillos, y otros dos en municipios cercanos, como Cardeñadijo.

El operativo comenzó en la madrugada de ayer martes, sobre las seis de la mañana. A esa hora, varias patrullas de las unidades especializadas en la lucha contra el tráfico de estupefacientes de la Policía Nacional y la Guardia Civil coordinaron una serie de entradas en siete domicilios de Burgos y el alfoz. En la capital, dos de los lugares en donde se practicaron registros fueron la calle Padre Flórez, ubicada en la barrio de Vadillos, y en la plaza San Bruno, en Gamonal. En este último piso fue necesaria la intervención de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES), ya que tuvieron que derribar la puerta de entrada porque los sospechosos se negaron a abrir a los investigadores, según explicaron algunos vecinos del bloque.

Las unidades policiales desplazadas a esta vivienda ubicada en el número 8 de la mencionada plaza estuvieron varias horas buscando sustancias y recabando pesquisas. Se trata de una casa en la que vive una familia de cinco personas de origen colombiano que llegaron al edificio hace algo más de un año. Según parece, los agentes detuvieron a dos de ellos, un hombre y una mujer. A la misma hora, la Guardia Civil y la Policía Nacional practicaban también registros en otras zonas de la capital burgalesa y en dos localidades del alfoz.

FUERTE OLOR A MARIHUANA

Los vecinos del número 8 de la plaza San Bruno se levantaron ayer sobresaltados. Apenas pasaban unos minutos de las seis de la mañana cuando comenzaron a escucharse voces en el segundo piso. Muchos salieron al portal para saber qué pasaba y se encontraron con varios agentes derribando la puerta de uno de los pisos, el cual hace algo más de un año alquiló una familia colombiana compuesta por un matrimonio, la madre de uno de los dos cónyuges, y dos hijas, una de ellas menor de edad. «Nada más salir, la Policía nos ha dicho que nos metiéramos en casa», relató una de las propietarias de uno de los pisos superiores a donde se produjo el registro.

Según señalaron varios residentes, la relación de todo el edificio con esta familia era prácticamente «inexistente» desde el principio, ya que, añadieron, «eran personas muy reservadas y somos 59 vecinos». Eso sí, los del mismo rellano y los pisos superior e inferior sospecharon desde el principio que en esa vivienda se pudiera estar traficando con droga. «Había siempre mucho trasiego, entraba y salía gente cada día», apuntó un joven que presenció el operativo. De hecho, «muchas veces se equivocaban al llamar al telefonillo, porque las letras en este edificio se repiten en función de la proximidad con el patio interior», de donde salía, puntualizó, «un fuerte olor a marihuana de vez en cuando». La Policía no confirmó qué tipo de sustancia encontraron en el domicilio ni tampoco cuánta.