Maradona pudo ser del Burgos CF

H.J.
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Una expedición del club burgalés viajó a Buenos Aires en 1977 para fichar a un extremo izquierdo de Argentinos Juniors. No imaginaban que allí se toparían con un fenómeno de 16 años que acababa de debutar

Fotomontaje de 'El Pelusa' con la equipación del Burgos de 1978. - Foto: DB

* Diego Armando Maradona ha fallecido este miércoles tras sufrir un paro cardiorrespiratorio en su casa de Tigre días después de someterse a una operación en la cabeza. El astro argentino de 60 años, campeón del mundo en el 86, maravilló allí donde jugó (Argentinos, Boca, Barcelona, Nápoles, Sevilla y Newell's). Pero antes de que el genio de Villa Fiorito se convirtiera en leyenda pudo llegar a El Plantío. Hoy, el día del adiós de 'El Diez', recuperamos esta historia, publicada en Diario de Burgos el 30 de mayo de 2011.

Un pibe chiquito, todavía sin barriga, con melenón, hacía diabluras con la pelota en el invierno austral de 1977. Enfundado en la camiseta roja de Argentinos Juniors, tenía 16 años y era su primera temporada en la máxima categoría del fútbol argentino, donde apenas llevaba unos pocos partidos y ya era la estrella del equipo. Su nombre era Diego Armando Maradona y llegaría a ser el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Pero la expedición del Burgos CF que aquel mes de julio viajó a sudamérica a buscar jugadores para su plantilla todavía no lo sabía.

El representante Josep María Minguella trabajaba por aquel entonces para el club castellano y se desplazó a Buenos Aires acompañado del secretario técnico, Luis Ortega. El equipo blanquinegro estaba entonces en Primera y buscaba refuerzos para el medio campo y la delantera. Las posibilidades de ver a las jóvenes promesas eran mucho más escasas que las de hoy en día, apenas circulaban vídeos y lo mejor y más directo era ir a por los fichajes directamente a sus clubes de origen.

La expedición burgalesa tenía como objetivo a un extremo izquierdo pequeño, de piel morena y rasgos indígenas llamado Jorge Orlando López, de 21 años, que jugaba precisamente en Argentinos Juniors. Minguella y Luis Ortega iban buscando una baza segura, un futbolista ya hecho, pero se encontraron con un fenómeno que empezaba a revolucionar el fútbol argentino. 34 años después, Ortega todavía recuerda el impacto que les produjo Maradona. «Me impresionó, desde luego», relata. «Hasta le dije a Minguella que se lo podía llevar al Madrid». Incluso asegura que cuando volvieron a España le sugirió a Quintano, entonces presidente del Burgos, que había que seguir a ese chaval «a ver cómo evolucionaba porque aún era muy joven, pensando en cogerle al año siguiente, o un par de temporadas después». Todo el mundo sabe que no pudo ser.

La dictadura militar mantenía una política conservacionista respecto a sus jóvenes promesas, a las que retenía en Argentina todo el tiempo que podían, y `El Diez' se fue primero a Boca Juniors. No fue hasta 1982 cuando el Barça pagó por él el traspaso más caro jamás visto hasta entonces, y curiosamente fue de la mano de Minguella.

Porque de aquel viaje de 1977 el Burgos se trajo a unos pocos argentinos a prueba, varios de los cuales salieron rana y se volvieron al otro lado del charco aunque alguno cuajó. Pero quien verdaderamente fue listo y sacó partido fue el representante. A partir de aquel descubrimiento fortuito a costa del Burgos CF contactó con el entorno del 'Pelusa' y 5 años más tarde llevó al astro al Camp Nou. Él mismo relata la historia en su autobiografía, que con toda la intención tituló Casi toda la verdad y que revela buena parte de los intríngulis del complicado mundo del fútbol. Caprichos del destino, Minguella ha sido también el descubridor de Lionel Messi, al que todos señalan como el sucesor de Maradona. 

Caprichos del destino. El futuro de un club se juega en el detalle de que entre o no la pelotita o en la gestión económica de sus dirigentes. Pero también en golpes de suerte o en los guiños del destino como el que aquí reflejamos. Podríamos lamentarnos por lo que pudo ser y no fue. Suspirar por que 'el Diego' tuvo una vez la oportunidad de jugar en El Plantío y no lo hizo por un cúmulo de azares (solo visitó una vez el campo burgalés, vistiendo la camiseta del Sevilla, en la temporada 92-93, y dio las dos asistencias de los goles de su equipo). Pero haciendo honor a la verdad, hay que decir que en aquel viaje del descubrimiento Maradona aún era un crío y el Burgos simplemente consiguió lo que buscaba. Es decir, a ese extremo llamado López que estuvo dos años en el club, que dio unas cuantas tardes de gloria y que marcó 15 goles en las temporadas 1978-1979 y 1979-1980.

Cuando se consumó el descenso a Segunda, Jorge Osvaldo fue traspasado al Sevilla. Ortega se consuela recordando que «por lo menos fue un buen negocio, resultó bien aquí, nosotros pagamos 12 millones e ingresamos 40 cuando le vendimos». No estuvo mal, pero claro, mejor hubiera sido traer a Maradona.