Cáritas alimenta ya a 45 familias en su economato

Ó.C
-

La comida se entrega sin contraprestación económica, aunque piden a los usuarios que ayuden en otros programas de la asociación. El colectivo admite donaciones de todo tipo de productos

Cáritas alimenta ya a 45 familias en su economato

El coronavirus representa un problema sanitario que es, sin duda, el primer frente a combatir. Pero, poco a poco, la enfermedad deja otras víctimas, a las que la covid-19 ha atacado con daños especialmente en lo económico. Ante esta situación, Cáritas decidió iniciar una nueva estrategia para paliar estos otros síntomas y para ellos puso en marcha hace poco más de un mes una especie de economato en la ciudad. En el local, la comida no se cobra, y en poco más de un mes ha quedado demostrado que se necesitaba. En el corto periodo de tiempo que lleva abierto atiende a 45 familias del entorno y de Miranda, donde directamente tiene registradas a 33, como explica el presidente del colectivo en la ciudad Jesús Ponce.

"Esto es algo circunstancial y tenemos claro que de alguna manera está obligado por la pandemia", recalca el presidente, que reconoce "la necesidad" que han detectado, primero para poner en marcha esta herramienta, aunque Ponce remarca que "que no es una función propiamente de Cáritas". Las previsiones no se equivocaban y los datos demuestran que hay muchos mirandeses que han perdido sus ingresos y a los que hay que ayudar para poder llenar sus platos.

Entre las cifras, Ponce lamenta el efecto que tiene esta crisis, como sucede con el resto, en la infancia. Entre los más pequeños, ya que "hay 49 menores", que se benefician directamente del economato porque sus familias acuden a recoger comida. Además Ponce remarca que Cáritas también atiende "el comedor social y las meriendas de los chavales, que siguen participando en los talleres".

Cáritas alimenta ya a 45 familias en su economato Cáritas alimenta ya a 45 familias en su economato

Sobre el nuevo concepto que se ha desarrollado por parte de la organización, confiesa que "no es un economato pero tampoco un mercado". Por eso prefieren hablar del proyecto como "Mercado de Cáritas en Miranda, aclara Ponce. Para montar la infraestructura, Ponce reconoce que han tenido que trabajar mucho y por eso, al margen de la labor que se ha realizado desde que abrió sus puertas el 24 de junio, también ensalza la labor de encajar todas las piezas, desde cómo recibir la comida hasta el reparto que se hace.

En este sentido, el funcionamiento arranca "en las oficinas centrales de la calle Río Ebro, donde se les hace una primera entrevista", relata Ponce, que añade que una vez termina ese primer contacto y si hay necesidad se les incluye. El funcionamiento hace que pasen por el local, cedido por la parroquia del Espíritu Santo, una vez por semana y de ahí salen con la cesta de la compra en la que cubren necesidades no solo de alimentación, sino que también se dan productos de higiene.

 

VOLUNTARIAS

El Mercado de Cáritas Miranda da sus frutos gracias al trabajo altruista de cinco voluntarias: Chelo García, Ana Avellaneda, Mariángeles Vereas, Esther Díaz y Zully Sánchez. Todas destacan la solidaridad de la ciudad y explican cómo recepcionar los productos que entregan desde los supermercados hasta los pequeños negocios. También reciben alimentos de las campañas de recogidas que se hacen en la ciudad. "Aquí se recoge todo lo que nos traen", resumen.

A cada una de las familias las citan de manera escalonada para que no coincidan muchas a la vez y evitar aglomeraciones. Cuando llegan entregan "su papel de Cáritas, su lista de la compra y el menú", porque lo que se busca es dar los alimentos para que tengan una alimentación equilibrada. Por eso en cada cesta entregan también productos frescos en función de lo que tienen en el economato.

Uno de los aspectos al que se da valor por parte de Cáritas es que "no queremos simplemente prestar ayuda sino también que la gente se sienta que es útil, no que está mendigando", recalca Ponce. La contraprestación que se les pide es que ayuden en otro de los programas de Cáritas o que se apunten a "los cursillo de formación", subraya, para alejar esta herramienta de la palabra caridad.

Una vez se entregan los productos, a la lista de la compra se le da un valor "para que se hagan una idea de lo que se les da y para que sea más digno", aclaran también las voluntarias, que trabajan día a día para ayudar a estas 45 familias que tristemente esperan que sea un número que continuará creciendo.