Campo, sanidad y sector público crean empleo en plena alarma

G. Arce
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El contraste de las fotos laborales de febrero y junio reduce la afiliación media al mes en 4.400 trabajadores en Burgos. Educación, hostelería e industria sufren las mayores pérdidas

La cosecha cerealística será, previsiblemente, la mejor noticia económica de la provincia en el año del coronavirus. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Febrero y junio son, tradicionalmente, meses de difícil comparación (temporada baja versus arranque del verano), pero este año 2020 tan extraordinario que nos toca vivir marcan en el calendario el antes y el después del brusco bloqueo económico que ha desencadenado la crisis del coronavirus y la recesión económica más devastadora conocida, con un desplome del 18,5% del PIB nacional. El contraste de la fotografía laboral de ambos periodos muestra el impacto de la tremenda frenada en Burgos, pero también confirma que no todas las actividades han sufrido por igual.

 

Aunque por diferentes circunstancias, no todo son malas noticias: campo, administración pública, sanidad y servicios sociales, industria extractiva y sector de suministros básicos (agua, energía...) no solo han conservado el empleo sino que lo han aumentado.

 

Son la nota positiva de un confinamiento en el que la afiliación media al mes de trabajadores se ha desplomado. El daño, contrastado el mes anterior a la alarma nacional con el mes en el que se dio por finalizada, es de 4.419 trabajadores perdidos como media, incluyendo los cotizantes al régimen general y también los autónomos.

 

La sangría ha venido también de ámbitos en los que no se ha puesto tanto el foco mediático. Es el caso de la educación, que pierde 1.420 afiliados medios al sumar a la crisis sanitaria (que ha paralizado buena parte de la actividad en la enseñanza) el fin del curso más extraordinario. Esta actividad económica ha adelgazado un 15% entre los dos meses analizados.

 

La paulatina reapertura de los negocios no ha evitado que la hostelería pierda 1.054 afiliados como media, el 9,4% de su masa laboral, y que su situación sea notoriamente peor que la del comercio, que resta 327 afiliados, lo que supone un 1,5% menos y muestra que, pese a las evidentes dificultades, esta actividad recupera normalidad.

 

Muy castigado ha resultado también el conjunto de actividades administrativas y de servicios auxiliares, que pierde 754 efectivos y ve menguar un 8% su afiliación media mensual. En este ámbito se enmarca gran cantidad de empleo eventual del que se ha prescindido ante la situación de incertidumbre.

 

En cifras absolutas destacan los números negativos de la industria manufacturera (-819), aunque porcentualmente supone un descenso del 2,6% en una actividad que mueve una media de 30.100 afiliados al mes, la más numerosa y determinante del mercado laboral local.

Su peso en la economía es mucho menor, pero las actividades artísticas también sufren lastradas por la anulación de fiestas, limitación de aforos y reducción de presupuestos. Pierden en 4 meses 300 afiliados, un 15% de su afiliación.

 

En conjunto, los principales sectores en números rojos mencionados suponen en conjunto el 56% de la masa de afiliación media, que en junio alcanzó los 139.098 trabajadores en Burgos.

 

CONSTRUCCIÓN

 

Sin llegar a generar empleo, hay actividades económicas que han respondido al mal momento y no han sufrido sangrías llamativas. Es el caso de la construcción, el transporte y la logística, las finanzas y los seguros o las actividades profesionales, científicas y técnicas. Si bien sufrieron un fuerte impacto laboral el primer mes de parón económico total, al final de la alarma nacional sufren pérdidas medias por debajo del 2% de su masa de afiliación mensual, lo que contrasta con el castigo que afecta a otras actividades económicas antes mencionadas.

 

Por lo que respecta a los datos positivos, la afiliación media al mes ha crecido en los ámbitos de la agricultura y ganadería. Son 587 afiliados medios más en junio que en febrero, rozando los 7.000 en este último mes, lo que confirma que el campo burgalés se ha aislado de la crisis sanitaria y además disfruta de un año especialmente positivo en sus cosechas.

 

Capítulo aparte es la actividad laboral centrada en la sanidad y los servicios sociales, que emplea a una media de 16.000 trabajadores en Burgos al mes, la cifra más alta de los últimos registros. La afiliación crece en la medida que se demandan especialmente estos profesionales para atender a los diferentes colectivos afectados, especialmente en los ámbitos hospitalarios y de residencias de mayores. Suman 180 afiliados más de media que en febrero y la tendencia, a tenor de la evolución de la pandemia, es que crecerá la demanda de estos profesionales.

El sector público también está blindado ante la crisis sanitaria. La Administración Pública, Defensa y Seguridad Social llega a junio en positivo, con 91 empleos más que en febrero y una masa media de cotizantes al mes en la provincia de 5.774 trabajadores. Ocurre lo mismos en los sectores de suministros esenciales (agua, energía) que mantienen una plantilla de 1.134 cotizantes, 39 más que en febrero.