La compraventa de pisos, a su mayor ritmo desde 2008

H. JIMÉNEZ
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Por primera vez desde el ejercicio 2008, entre enero y septiembre la transmisión de viviendas en la provincia de Burgos superó la barrera de las 3.000

La segunda de las llamadas ‘Torres de Castilla’, que está en construcción junto a la avenida de la Paz. - Foto: Patricia

No se vendían tantas viviendas desde el desastre económico que marcó el final de la pasada década. Trece años sin alcanzar la barrera de las 3.000 compraventas en la provincia de Burgos, hasta que este año se ha vuelto a registrar. Es un ritmo inédito en el sector inmobiliario, que lo contempla con satisfacción pero con prudencia, curado de espanto por los vaivenes recientes que ha tenido que padecer.

Entre los meses de enero y septiembre, la compraventa de viviendas en el territorio burgalés ascendió a las 3.143, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Es la cifra más alta desde 2008 para los primeros nueve meses del ejercicio. Aún queda lejos de las 4.758 que se vendieron y compraron en 2007, justo antes de la crisis financiera, pero revelan una recuperación frente a las poco más de 2.000 que se intercambiaban en los años más duros, de 2012 a 2014.

El crecimiento, además, se sustenta en la vivienda nueva. Todavía se venden más usadas (más de 2.200 entre enero y septiembre), pero las recién construidas han llegado a las 917 operaciones registradas frente a las únicamente 399 de 2020 (condicionado por la pandemia) o las poco más de 500 que hubo hace cuatro años.

¿Qué está pasando? Hay múltiples factores que tratan de argumentar tanto las empresas constructoras como los agentes inmobiliarios. El presidente de la Asociación de Promotores, Gonzalo López Recio, habla de que "la gente huye de tener el dinero metido en los bancos porque las cuentas corrientes no te dan nada y los fondos siempre tienen riesgo, por lo que apunta a un objetivo inversor".

Es el propio López Recio quien explica que está teniendo una rápida salida en el mercado "la vivienda muy pequeña, en torno a 40 o 50 metros cuadrados, con el objetivo final de alquilarla, y la vivienda estrella de siempre que es la de tres dormitorios y 90 metros".

Además, tanto constructores como vendedores coinciden en que tras la pandemia "se han puesto de moda las terrazas" y se buscan pisos soleados y despejados en los barrios de nueva construcción de la capital burgalesa, donde proliferan las grúas y cada mes se inicia una nueva promoción. Es el caso de los barrios del S-4 (frente a la estación de trenes) y Cellophane.

Desde Inmobiliaria San Pablo explican que "desde el fin del confinamiento, cuando empezamos a sentirnos de nuevo libres, a las compraventas habituales se sumó la de las viviendas con terraza, unifamiliares o con jardín, que empezaron a ser más demandados".

Estefanía Álvarez coincide en que la inversión para alquilar está también en auge porque los arrendamientos "si están en buena zona y con un precio ajustado vuelan". También hay ventas muy rápidas de los "inmuebles de nueva construcción y buena relación calidad-precio. Nos ha sucedido tener reservas en la primera semana nada más anunciar una promoción".

Zonas que reviven. En el caso de la capital burgalesa, al impulso del mercado estaría contribuyendo también el hecho de que se esté construyendo en zonas donde hacía muchos años que no surgían promociones. Es el caso de las 350 viviendas de Artillería (entre la barriada Juan XXIII y la avenida Castilla y León), las torres que se están levantando entre la avenida de la Paz y Ana Huntington, el alto de Venerables o junto al pueblo antiguo de Gamonal (arranque de la carretera de Poza).

"Hay que diferenciar perfiles de clientes", comenta de nuevo Álvarez, de Inmobiliaria San Pablo. "Por un lado está la gente mayor que quiere invertir y por otra la gente joven que tiene un trabajo estable en la industria, a la que le vienen muy bien las facilidades de pago porque durante la construcción de la promoción van pagando una entrada que luego les permite acceder a un 80% de la hipoteca. Además a estos, los que trabajan en fábricas y que cobran entre 1.600 y 1.800 euros, los bancos les dan facilidades hasta llegar en algunos casos al 100%".

Hace unos días, el portavoz de la Asociación de Agentes y Empresas de Gestión Inmobiliaria, Óscar Ortega Delgado, apuntaba que la mayor parte de las operaciones de obra nueva "son compras de primeras viviendas, para entrar en ellas en cuanto están construidas" y restaba importancia al alquiler. Pero es evidente que entre unas motivaciones y otras están tirando de la construcción como no se había visto durante toda la pasada década.