El placer de un vicio confesable

A.S.R.
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Ignacio Galaz dedica a la Edad Media la segunda entrega de 'Literatura universal para lectores curiosos', una personal guía de lectura que presenta esta tarde en la Sala Polisón

Ignacio Galaz traza un recorrido por obras maestras y textos desconocidos de la literatura medieval de Occidente y Oriente en su nuevo libro. - Foto: Alberto Rodrigo

Huye de cronologías, de lugares comunes y de eras trilladas, se recrea en el placer, lo oculto y la belleza y comparte con generosidad y humildad una aventura por el tiempo de la mano de sus escritores, cronistas, juglares, viajeros o poetas. Ignacio Galaz reanuda la serie Literatura universal para lectores curiosos, una guía de lectura personal que inició hace seis años con un volumen sobre la Antigüedad y continúa ahora con uno dedicado a la Edad Media, publicado por Editorial Sonora. Lo presenta hoy (20 horas) en la Sala Polisón.

El proyecto nació durante la etapa docente del escritor. La impartición de la asignatura Literatura universal, en la que acercaba a los alumnos a otros países y otras épocas, provocó la elaboración de unos apuntes que se convertirían en la chispa que prendió esta serie, que en su segundo tomo emprende un periplo por Oriente y Occidente, «por textos que forman parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, obras maestras, y otros más desconocidos», seleccionados con el único criterio del gusto personal del autor.

Se pierde por la sensualidad de Las mil y una noches (una de sus obras favoritas) y muerde polvo en las batallas narradas por los cantares de gesta (se declara devoto del Poema de Mío Cid). Acompaña a Egeria en su peregrinaje a Jerusalén y mientras relata lo que acontece a venerables señoras y hermanas mías... Sigue los pasos tambaleantes de Abu Nuwas, poeta persa al que hoy tacharían de alcohólico, que hace una exaltación del vino en sus versos, «un juerguista eterno con una poesía báquica». Se asoma a la poesía que escribían los beduinos del desierto antes de abrazar el Corán. Se adentra en el monasterio de las Cuevas de Kiev para leer la crónica de los monjes eslavos sobre la consolidación de Rusia. Coge la mochila para compartir ruta con Ibn Battuta, viajero que recorrió casi todo el mundo conocido. Se maravilla del amor a la naturaleza que reflejan los poemas japoneses. Lee los cuentos o Lais de María de Francia con las damas de la aristocracia...

El predominio del verso, la influencia de la religión (cristianismo, judaísmo o islamismo), la profusión de la alegoría, el preciosismo y la sensualidad afloran en la literatura de aquella época. Un tiempo en el que, a pesar de que solo han pasado a la primera plana los escritores, también hay mujeres a las que saca de la oscuridad, misión que sigue en la tercera entrega, ya en proceso, que buceará entre los siglos XIV y XVI. El cuarto sería, en principio, el último de la serie y llegaría hasta el XVIII. A partir de ahí, la producción editorial se desborda y Galaz la considera inabarcable, aunque no cierra la puerta.

Las 326 páginas de Literatura universal para lectores curiosos. Edad Media descubren personajes desconocidos, cuentan anécdotas, incluyen textos y sacian la curiosidad con una bibliografía y un índice de autores. «Es una obra divulgativa, dirigida a un lector de cultura media, no erudito ni especializado, porque yo no lo soy», concluye y, por si no ha quedado claro, advierte que la lectura es su vicio confesable.