Las infructuosas gestiones para lograr que la Junta de Castilla y León ceda a la ciudad una pequeña parcela junto al Silo para sumarla a otra municipal y acondicionar un aparcamiento en superficie que hay en las inmediaciones de este rincón del barrio de Capiscol han llevado al alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, a ser él quien directamente trate de desbloquear el asunto. Para ello se ha dirigido ya directamente al consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, para solicitarle en una carta que se implique también él de manera personal e «impulse la resolución» de este problema.

Lo primero que hace el alcalde en el escrito es recordar que este mes de septiembre se cumplen ocho años desde que el Ayuntamiento realizó ya la petición de estos terrenos a la Junta. Era entonces concejal de Urbanismo el dirigente popular y ahora procurador en las Cortes regionales el burgalés Ángel Ibáñez.

Argumenta el regidor de la ciudad que esa pequeña y estrecha parcela, de apenas 2.646 metros cuadrados y resultado del desmantelamiento en 2007 de la vía muerta del ferrocarril a su paso por el Silo y las piscinas de Capiscol, «no tiene utilidad aparente para la Junta de Castilla y León» pero sí serviría al Ayuntamiento para «poder adecentar y dignificar este espacio donde se ubican varios equipamientos deportivos y, en definitiva, dar un mejor servicio a los burgaleses».

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