La presencia de contenedores desbordados, bolsas de basura y cajas de cartón fuera de ellos o enseres de gran volumen en las isletas de recogida se ha convertido en una estampa que se repite día a día desde hace unos meses en numerosos barrios. Ello da una imagen de suciedad impropia de Burgos y cada vez son más las quejas que llegan al Servicio de Atención Ciudadana 010. La situación ha coincidido con la llegada de la nueva empresa adjudicataria, Urbaser, pero se debe a un cúmulo de circunstancias que, juntas, impiden que este servicio público, por el que el Ayuntamiento abona 16 millones de euros al año, se pueda prestar en las mejores condiciones.

El principal problema que arrastra Urbaser está siendo las reiteradas averías de la flota de vehículos obsoleta que heredó de su antecesora, Semat, y que la crisis de materiales y suministros a nivel mundial está provocando que no se pueda renovar según el cronograma previsto. «El problema es que no tenemos los nuevos equipos. Se pidieron a principios de año pero no han llegado y todavía tardarán unos meses. Los antiguos nos dan problemas importantes y frecuentes que son complejos de reparar y es complicado mantener el ritmo de recogida», reconoció la delegada de Urbaser en Burgos, Inés Porras.

La empresa ha alquilado dos camiones recolectores y ha traído otros dos nuevos que ha adquirido para este contrato. Porras reconoce que su manejo es complejo debido al gran componente electrónico que tienen. «La electrónica de los vehículos nuevos es compleja y hasta que se ajustan y los conductores aprende su manejo se necesita tiempo», añadió. 

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