Una mezcla mirandesa de pasión y muchos sonidos

JUNIOR VIEIRA
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El grupo Menda Lerenda presenta este viernes, 22 de abril, su nuevo álbum, 'Estado mental irreversible'. «Un viaje de muchos contrastes», explica Pablo Bárcena, su vocalista

Su local de ensayo está situado en un pabellón del Polígono de Bayas. - Foto: J.V.

Los días interminables y las horas frente al televisor protagonizaron buena parte del confinamiento de media España. Otros se refugiaron en sus aficiones y pocos continuaron con ellas al terminar. Pablo Bárcena pasó semanas trabajando en canciones y dando forma a lo que hoy se ha convertido en el grupo Menda Lerenda, del que también forman parte Aitor Gabarri, Pablo García y Javi Ortiz. «Se las enseñé al resto y cuando terminó la locura, nos metimos en el estudio», recuerda. Este viernes, 22 de abril, estrenan su nuevo disco, Estado mental irreversible, un viaje «de muchos contrastes» y que promete mucho.

Con la intención de «transmitir un cambio de emociones», esta banda mirandesa lleva trabajando en el álbum casi dos años. «Es un disco de rock y combina el estilo de hip-hop en alguna canción», afirma el cantante. Además de crear las canciones, los miembros del grupo también las producen y las graban. «Buscamos los detalles, somos perfeccionistas en ese aspecto», describe. Todos estos procesos «ayudan» mucho, ya que «no es componer una letra y buscar una armonía, sino que se busca directamente el sonido», añade. 

Ninguno de los componentes de Menda Lerenda se dedica profesionalmente al mundo de la música. «Trabajamos y estudiamos todos», cuenta. Sin embargo, esta afición «ocupa bastante tiempo» y Bárcena está «todo el día encima del ordenador». El esfuerzo se traduce en organización a la hora de acudir al local de ensayo que tienen en el Polígono de Bayas. «Funcionamos como un reloj y sabemos lo que aportamos cada uno», explica. Esto se trata de «algo fundamental» y en la composición «es primordial abrir la mente». Sobre todo, porque una canción puede empezar «con una idea simple» y terminar convirtiéndose en «algo completamente diferente». 

En este sentido, los miembros del grupo tienen gustos musicales completamente diferentes, y por tanto influencias. Aitor, el bajista, «las tiene en el rap o el flamenco», mientras que Javi, el batería, «en el punk de California» . Respecto a Pablo, cuenta que escucha «desde el pop más actual o canciones de Led Zeppelin». Esto ha permitido que los géneros se entremezclen en el nuevo disco y no se pueda situar en ningún sitio, porque «cada canción viene por un lado diferente», explica. 

La pasión por los sonidos de tres de sus integrantes viene de largo. Cuando tan solo eran unos chavales, ya daban sus primeros pasos en el mundo del espectáculo. «Aitor, Pablo y yo ya habíamos tocado en una formación anterior, llevamos toda la vida juntos», recuerda. Todo empezó encima de los escenarios de los bares de la ciudad, pero muy pronto se convirtieron en más grandes. «Surgió la oportunidad de tocar en Ebrovisión y en el Sonorama», afirma. Sin embargo, los años pasaron y  llegaron las obligaciones. «Fuimos a la universidad y nos dispersamos un poco», expresa. Aún así, el destino les ha unido de nuevo y junto a Javi, el otro componente, están en la parrilla de salida de lo que parece una fulgurante carrera en el ámbito musical de Miranda.